Argentina quedó a un paso de obtener la Copa América tras la soberbia actuación de anoche, para en el partido de semifinal apabullar futbolísticamente a Paraguay por 6-1 y si el sábado repite ésta producción ante el local Chile, ganará el máximo torneo continental. Porque anoche, en Concepción, hizo su mejor encuentro del certamen y no sólo se tradujo en la media docena de conquistas, sino que nunca puso en duda que de sus sociedades salió un resultado ideal, y porque fue en la previa a la final, para llegar más motivados aún.

Y comenzó con un primer tiempo casi perfecto para la Argentina. Con más trabajo grupal por encima de las individualidades, se llevó por delante a Paraguay, al que la rápida salida por lesión de Derlis González lo dejó sin su cerebro en cancha.

Paraguay avisó a los 6’ con la pelota cruzada que bajó Haedo Valdéz, pero que Santa Cruz definió mal. Y luego llegó la hegemonía nacional. A los 10’ la triangulación entre Biglia, Zabaleta y Pastore, terminó con el remate del cordobés que fue fácil de controlar para Villar. Y pegó a los 14’ con el envío de Messi al corazón del área, y ante la defensa que no la pudo despejar, Marcos Rojo metió el zurdazo para el 1-0.

Argentino siguió, no bajó su intensidad y fue por más sin dejarle espacio para pensar a los paraguayos. Y lo tuvo sobre los 21’ con la contra de Messi, que hizo espacios y cuando tuvo el hueco habilitó a Pastorea, pero su remate volvió a ser inofensivo.

No obstante, en ese dominio territorial y frialdad para ejercer cada intensión en ataque, lo dio otro premio con el gol a los 26’. Fue producto de otra rápida salida, para cerrarla con el pase a Pastore, que metió la diagonal y definió cruzado.

El 2-0 tenía olor a final. A partido liquidado. Pero se complicó en el final ya que Paraguay sin hacer nada y ante los desacoples defensivos de los de Martino reaccionaron y pegaron a los 42’, con el descuento de Lucas Barrios. Jugada que nació con el anticipo de Valdez sobre Pastore en el mediocampo, que dejó a toda Argentina a contramano y Barrios metió un soberbio remate para convertir. Incluso en el primer minuto de descuento Bobadilla lo dejó en ridículo a Otamendi tras enganchar en el área, pero la terminó de la peor manera.

No obstante, ese final que encendió la alarma, se encargó el propio Di María de eliminarlo en dos apariciones en el amanecer del complemento para sentenciar el partido, pero no el resultado. A los 2’, tras tremenda asistencia de Pastore, la cruzó y convirtió. Y sobre los 7’, Messi hizo una apilada fenomenal, asistió a Pastore y tras el rebote que dio Villar, por derecho ingresó Di María para poner el 4-0.

Lo que vino después estuvo de más y sirvió para florearse y meterle miedo a Chile para la final. Porque a los 23’, Messi metió otra genialidad pero Villar le ahogo su grito. Situación que cambió sobre los 35’, cuando Agüero gritó su tanto metiendo la diagonal para cambiarle el palo de cabeza. Y lo sentenció Higuaín a los 38’ en la primer pelota que tocó. Argentina pasó caminando a la final y quedó mejor parada de cara a la final.