Rosario, 8 de agosto.- El emotivo recibimiento que los hinchas le brindaron a Rosario Central fue uno de los momentos más destacados de la noche santafesina. La plaqueta que recibió Miguel Ángel Russo, por haber dirigido al "Canalla" en 200 partidos, acompañó a la conmovedora escena que se desarrolló en el Gigante de Arroyito. Sin embargo, cuando la pelota comenzó a rodar el espectáculo mermó considerablemente.

Tras una media hora de imprecisiones, roces, patadas y choques, Quilmes se aproximó al arco defendido por Mauricio Caranta, a través de balones detenidos. En cambio, la "Academia" apostó por la distribución de Damián Musto y la presencia de Sebastián Abreu. De todos modos, el juego era tan pobre, que lo más llamativo pasaba por la agresividad de las marcas.

Por lo tanto, cuando faltaban cinco minutos para que los protagonistas se vayan al descanso, Arnaldo González capitalizó un tiro libre perfecto y anotó el 1 a 0. La notable pegada del ex Santamarina de Tandil fue fundamental en el aspecto anímico de la visita, dado que unos instantes después, Brian Sarmiento habilitó a Gonzalo Klusener, para que éste defina de primera. El rebote otorgado por el ex arquero de Boca y Lanús le dio la chance a Sergio Hipperdinger de ampliar la diferencia, pero su intento rebotó contra el palo.

En el complemento, Rosario Central tuvo una actitud mucho más ofensiva y obligó a los conducidos por Pablo Quatrocchi a que se refugien contra su propia valla. Así, una desinteligencia entre Sebastián Martínez y Walter Benítez, le permitió al "Loco" Abreu empatar el duelo. La jerarquía del uruguayo fue uno de los factores decisivos en el trámite del pleito, aunque Klusener volvió a tener una ocasión para llegar a la red, pero el travesaño le ahogó el grito. Sin dudas, el segundo capítulo despertó un gran interés en los espectadores, ya que el cotejo se transformó de ida y vuelta.