Rosario, 4 de septiembre.- Con un marco extraordinario, Rosario Central y Boca se vieron las caras por la segunda fase de la Copa Sudamericana. Globos, banderas y bengalas se tiñeron de azul y amarillo para apoyar al equipo que conduce Miguel Ángel Russo, ya que el Gigante de Arroyito sólo recibió a la parcialidad local.

Tras el conmovedor recibimiento que tuvo el "Canalla", el espectáculo debió demorarse más de lo previsto debido a un inadaptado que le arrojó un proyectil a Agustín Orion. El corte en el rostro que recibió el arquero provocó la indignación en todos los presentes, no obstante el propio protagonista le restó importancia al incidente.

Otro de los que sufrió una dolorosa lesión fue César Meli, aunque al ex Colón se la generó un adversario. En las primeras instancias del partido, el volante recibió un duro pisotón de Tomás Berra, que le marcó el sector de los abdominales. Lo llamativo fue la pasiva actitud de Mauro Vigliano, quien ignoró la dura infracción. Una segunda patada del defensor sobre Luciano Acosta fue otro caso que ejemplificó la intensidad con la que se vivía el pleito.

Además, los cánticos xenófobos que se escuchaban desde las tribunas no colaboraban con lo futbolístico, y por tal motivo el árbitro decidió interrumpir nuevamente el encuentro. A pesar de la pausa, la actitud de los jugadores no cambió en nada y la vehemencia era la herramienta que más aplicaban. Salvo por la destreza de Gonzalo Castellani, quien se destacó con una habilitación perfecta para Andrés Chávez, el juego era muy friccionado. El remate del ex Banfield, que se fue por encima del travesaño, fue la primera situación de peligro. La diferencia se presentaba de una manera muy particular: mientras los del Rodolfo Arruabarrena querían proponer un pleito ofensivo, los rosarinos se decidían por un planteo agresivo.

Tal vez por la discrepancia de los objetivos, el "Xeneize" logró ponerse en ventaja. Una punzante proyección de Leandro Marín, en la que tenía como destino un preciso centro hacia Chávez, le permitió al lateral celebrar el 1 a 0. La falla del delantero a la hora de cabecear descolocó a un Mauricio Caranta, que se quedó inmóvil.

En el complemento la "Academia" bajó los decibeles e intentó poner la pelota al piso. Una descarga de Sebastián Abreu hacia Walter Acuña fue la opción más clara para llegar al empate, pero la gran respuesta de Orion evitó la conquista del dueño de casa. El cambio de mentalidad y el ingreso de Pablo Becker por Antonio Medina aportaron un crecimiento muy notorio en la performance rosarina.

La presión de Central era tan intensa que llevó a Marín a cometer una mano adentro del área que debió ser sancionada con la pena máxima. Los reclamos del local de nada sirvieron, ya que la pésima tarea de Vigliano perjudicó a ambas instituciones. Igualmente, Rafael Delgado se las ingenió para impactar un precioso disparo en el travesaño y amenazar a la visita. En cambio, la individualidad de César Meli parecía ser el argumento más eficaz para que Boca estire la ventaja. A pura gambeta, una de las incorporaciones más efectivas de esta temporada, desparramó a varias marcas por el camino y definió con un tiro rasante. La buena ubicación de Caranta le permitió al ex Lanús quedarse con el balón.

Lejos de refugiarse contra su propia valla, el "Vasco" envió a la cancha a Juan Manuel Martínez y a Federico Carrizo para que se hagan cargo de los incisivos contragolpes que tenía el "Xeneize".

En el desenlace, la impotencia de Alejandro Donatti dejó al combinado de Migual Russo con diez hombres, ya que el defensor le impactó un codazo a César Meli. La inferioridad numérica no impidió al "Canalla" lograr la hazaña. Cuando parecía que el triunfo se iba para Buenos Aires, Pablo Becker se adueñó de un tiro libre y estableció el 1 a 1. La gran pegada del atacante dejó la serie abierta, y la misma se definirá el 17 de septiembre en La Bombonera.