Buenos Aires, 9 de diciembre.- El fútbol une razas, la pasión no distingue diferencias, aunque el marco para el primer partido del mundial de clubes tuvo un denominador común: las túnicas blancas, los turbantes y la ansiedad por ver correr la pelota.
Claro, es que se presentaron los seguidores del equipo local Al Ahli FCD, que debutó ante Auckland City, de Nueva Zelanda.
Los más de 30 grados de temperatura durante la tarde, presagiaban una noche pesada, calurosa, algo que pensando en Estudiantes, por venir del verano argentino, no lo afectaría demasiado.
Sin embargo, a la hora del partido inaugural (20 hora local, 13 de nuestro país), la temperatura bajó ostensiblemente, hasta llegar a los 23 grados.
Es que por estas tierras de medio oriente, a las 18 ya es de noche, ya comienza a enfriarse lo que el sol calentó y a las 20 el clima es ideal para jugar y ver fútbol.
Por eso, recién los árabes se volcaron hacia el estadio cerca de la hora del partido, muchos abrigados porque los 23 grados para ellos es casi invierno.
El estadio Mohammed Bin Zayed, donde entran poco más de 46 mil personas sentadas y será el escenario donde debutará Estudiantes en el Mundial de Clubes, luce espléndido, por dentro y por fuera, listo para la gran fiesta de apertura.
Por dentro pintado con los colores de los Emiratos Arabes, rojo, blanco y negro, y por fuera pareciendo cualquier cosa menos una cancha de fútbol, al menos como se las conoce en Argentina, sino que podría confundirse con un hotel cinco estrellas tranquilamente.
Abu Dhabi tiene una población cuyo 80 por ciento son extranjeros, donde predominan los filipinos, por sobre todo, y el resto de países vecinos.
También son muchos los europeos y los estadounidenses por estas tierras, por eso no sorprende ir en taxi y escuchar una radio local que transmite todo íntegramente en inglés, anunciando que para el debut del Mundial de Clubes ya no quedan más localidades.
A diferencia de lo que pasa en el resto del mundo, en los alrededores del estadio no se pudo observar revendedores de entradas, ni intentos de “coimear” policías o algo por el estilo.
Tampoco se venden bebidas alcohólicas en la cancha, en realidad, tampoco sucede en la vía pública y ni siquiera en los supermercados, donde las cervezas importadas tienen todas una marca que las distingue: NA (No Alcohol).
El alcohol por esta tierra es para unos privilegiados, porque deben tener autorización o vivir en un hotel 4 o 5 estrellas para poder consumirlas.
Las mujeres locales también van a la cancha, pero tienen un lugar asignado, donde no pueden mezclarse con los hombres.
Al ser una población donde hay más extranjeros que locales, el resto de las damas, las que no agachan la vista cuando se las mira a los ojos por la calle, por ejemplo, pueden mezclarse entre los hombres, al igual que las hinchas de Estudiantes que lleguen para alentar al equipo de Alejandro Sabella.
La fiesta ya empezó y todos esperan la invasión de argentinos, que comenzarán a decir presente cuando esté cerca el debut de Estudiantes, el próximo 15 de diciembre, cuando el fantasma de Osvaldo Zubeldía y su equipo comiencen a rondar por medio oriente.