Pasó el regreso y terminó con signo positivo más allá de que el triunfo se escapó por apenas 10 minutos más de aguante. Pero San Martín volvió a la competencia de la B Nacional mostrando los mismos ingredientes de una receta que le alcanzó en el 2010 para estar en posiciones de ascenso y con los que buscará en este 2011 la chance de pelear por subir. No le sobró nada pero tampoco le faltó demasiado. Llegó y le llegaron. Se equivocó y se equivocaron. Siempre apostando a la frontalidad, al golpe por golpe.

1 MEJOR IR

Cuando ataca San Martín es candidato al ascenso. Porque genera, porque obliga, porque desequilibra. Esa tal vez sea la mejor faceta que dejó el Verdinegro en su paso por Córdoba para visitar a Belgrano: su capacidad ofensiva. Que le faltó gol es una gran verdad, pero no se puede negar que generó opciones. En especial, en el complemento, cuando el rival le dio espacios y pudo haberlo liquidado. Pero claro, San Martín está mejor atacando que defendiendo. Cuando busca el arco contrario, tiene recursos y argumentos. Ese tal vez sea el punto más positivo que dejó el empate en el Barrio Alberdi. Un tema a potenciar.

2 PEOR ESPERAR

Cuando lo atacan, San Martín desnuda desacoples que le pueden costar mucho más que un empate a 10 minutos del final. Si el rival lo encara por el medio, no lo tocan para nada. Es que la dupla de volantes centrales (Alderete-Scatolaro) empieza con el trabajo de desgaste y los rivales llegan ya desgastados a la otra dupla (Sosa-Grabinski) que por ese sector central resuelven todo y bien. Pero qué pasa cuando a San Martín lo abren por los costados para atacarlo. Ahí, pierde equilibrio y lo dejan mal parado contra el que sea. Le pasó por el sector donde defendía Floris. Por esa franja, Belgrano recostó toda su presión y le dio lugar a Ribair Rodríguez para que llovieran centros. En el complemento, San Martín controló mejor esa faceta defensiva por los laterales y ya no la pasó tan mal. Un tema a resolver.

3 IDENTIDAD

Más allá de que defienda mal y ataque bien, San Martín dejó clarito en su paso por Córdoba que juega a esto: al mano a mano, al golpe por golpe. Un planteo audaz, generoso, que le da resultados a veces y que en otras le da dolores de cabeza. Pero lo mejor pasa por la filosofía que declara este equipo en cada movimiento. Siempre mirando el arco rival, sin especulaciones para atrás. Así, este San Martín al que no le alcanzó para ganar en Córdoba pero al que tampoco le pintaron la cara, sabe que tiene argumentos para ir consolidando un perfil ambicioso que lo tiene hoy como serio aspirante a la pelea por el ascenso.