
Cruce de culturas, mezcla de nacionalidades, atuendos diversos, una Babel de idiomas, artistas de renombre internacional, entretenimientos, comida típicas, cánticos, merchandising, y sobre todo mucho fútbol. Eso y mucho más tiene el Fan Fest de la FIFA para todos los hinchas, sin distinción, que quieran ver los partidos casi como en la cancha misma, por las pantalla gigantes y con ambiente tribunero. Como el mítico festival musical de Woodstock, en 1969 en Estados Unidos, que pasó a la historia por su masividad y locura, esta celebración de simpatizantes, mientras se transmiten los partidos, es similar por sus características. Es un predio de grandes dimensiones en cada una de las sedes, donde se disputa el Mundial. Allí se respira, grita, se canta, se maldice, se llora y se vibra como en la cancha. Pero el ambiente de festividad es mucho más rico, al convivir hinchas de todas las selecciones participantes y hasta otros que no compitieron como los chinos, los más vistos. También, es usual ver más niños y familias al ser un ambiente abierto y poder disponer de cualquier lugar para ver el partido, en la media docena de pantallas gigantes colocadas en los costados de un gran solar. Una de las características, es que se observa el +juego+ de que aficionados +neutrales+ simpaticen por cual o tal selección, o por el contrario, a qué equipo quieren que le vaya mal. Así, es común ver aliarse a diferentes grupos de nacionalidades contra algún conjunto. Del mismo modo, es gracioso ver cómo se adoptan diversos cánticos tribuneros, en diversos idiomas, y se los amolda a un país. La gran vedette es el cancionero argentino, algo que habitualmente se vio por las calles. Siguiendo con la música, entre las dos o más horas entre cada partido que se transmite se brindan shows con artistas de gran popularidad internacional, como el caso de Tatu (ya no es dúo). Otra ventaja, cuando la pelota no rueda, es que tras las pantallas hay comedores al aire libre como también juegos y otros entretenimientos al estilo de ferias para todas las edades. Para asistir a los Fan Fest no hay requisitos, solo que cuando se colma la capacidad, lo que ocurrió la mayoría de las veces, se frena el ingreso. Uno de los más populares fue el de la capital Moscú, muy cerca del histórico estadio Luzhniki. Hace unos días en el histórico partido para Rusia ante Croacia, cuando acarició el pase a semifinales, estuvo abarrotado y ondearon las banderas tricolores. Ahí, todo la diversidad de hinchas apoyó a los locales, más aún, no se vieron croatas, quizás especularon que serían más visitantes que nunca. Para el segundo tiempo del alargue, con el 1-2 en el marcador, se veía a muchas jóvenes llorar y otros que se retiraban. Pero al momento del empate, el estruendo del gol fue una verdadera detonación, quizás por lo inesperado, que se escuchó hasta en el Mar Báltico. Más tarde, tras la desilusión de los penales, no hubo lágrimas y se entonaron cánticos. De la tristeza, pasando a la emoción, para seguir con resignación, una de las tantos climas que se vive en la fiesta del hincha.
Por Fabio Cavaliere – @FabioMCavaliere
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