Retirada. Unos hinchas de River empiezan a retirarse tras la suspensión del partido. Lo que debía ser una fiesta terminó en barbarie.

 

El presidente de River Plate, Rodolfo D"Onofrio, reveló que acordó con su par de Boca Juniors, Daniel Angelici, la suspensión de la segunda Superfinal por los incidentes sucedidos en la previa y agregó que también le encargó que "no haya nada raro", en referencia a la clausura del estadio Monumental. "River creyó conveniente suspender el partido en acuerdo con los dirigentes de Boca Juniors, porque sus jugadores desde lo psicológico no estaban bien, lo que era comprensible", explicó D"Onofrio en Fox Sports.

De pronto, mientras mantenía este diálogo con la prensa, D"Onofrio debió salir apresurado al estar ubicado en el pasillo del anillo central del Monumental, donde se produjeron corridas y empujones entre aficionados que abandonaban el estadio tras el anuncio de la suspensión del partido. Luego de unos minutos, el presidente retomó el diálogo con el canal y ante la consulta sobre la clausura del estadio Monumental, D"Onofrio reveló que durante una de las reuniones le pidió a su par "xeneize" que "no ocurra nada raro". "Había varios dirigentes sudamericanos de testigo y le dije a Angelici: "vos tenés allegados en la Ciudad y en la Justicia que yo no tengo. Te pido que mañana (por hoy) no haya nada raro que permita que no se juegue", aseguró D"Onofrio. "Fue lamentable lo que se generó antes del partido. La custodia que debía tener el micro del club Boca Juniors no la tuvo como correspondía y por unos pocos inadaptados que produjeron los incidentes no se pudo jugar", lamentó el titular "millonario".

A su vez, Angelici dijo que no estaban para jugar. "Siempre digo que los partidos se ganan y se pierden en la cancha, pero no estábamos en las mismas condiciones para jugar. No es la primera vez que recibimos piedrazos, pero cuando vimos la cantidad de jugadores con cortes, con molestias, a algunos les faltaba el aire, no son condiciones normales para jugar una final", sostuvo.

"Como argentino y dirigente de fútbol me avergüenzo. Boca pidió posponer porque no se podía jugar. La gente de River se ha preocupado y apoyó lo que dijimos", añadió.

 

>> Que se la den a River

Carlos Tevez y Darío Benedetto se mostraron enojados con la Conmebol, que quería "obligarlos" a jugar ante River Plate a pesar de haber sido agredidos por los hinchas rivales, y fueron irónicos: "Que le den la Copa a River".

"Que le den la Copa a River que tiene tanto peso en la Conmebol", gritó Benedetto al retirarse del Monumental.

Luego Tevez repitió lo mismo a la prensa y añadió: "Lo que ha hecho la Conmebol es una vergüenza. Lo dice Carlos Tevez persona, no jugador de Boca. Nos obligaban a jugar".

También aseguró que no debería jugarse el partido de este domingo, pero a la vez aseguró que deberían darle el encuentro por ganado a Boca Juniors.

"La Conmebol con nosotros se portó muy mal. Que le den la Copa a River, si siempre hacen lo que quieren", insistió Tevez, aunque luego volvió a pedir que el Xeneize debería ser proclamado campeón pues comparó lo de ayer con el incidente del gas pimienta en 2015 sucedido en la Bombonera.

 

Lamento de Gallardo

  • Marcelo Gallardo, el DT de River, expresó que lo que pasó es un reflejo de la sociedad. "Hay gente que empaña una fiesta aunque más de 60 mil personas se bancaron siete horas dentro de la cancha. Lo que pasó nos deja en evidencia como sociedad", dijo.

 

POR LO MENOS, ASÍ LO VIMOS NOSOTROS

 

Un papelón del que no se vuelve

  • Ya está. Podría ser campeón River, podría ser Boca. Ya está… Así no valía la pena ni jugarlo. Es que los argentinos no aprendimos ni aprendemos más. Ese amargo episodio del gas pimienta pudo haber marcado un antes y un después pero no pasó. Llevar el clásico de Rosario a la desértica postal de Arsenal era la foto que nadie quería ver. Era aprender. Era el momento pero no. Nada, nadie aprendió nada. Y esta era la gran oportunidad. Era la chance de demostrar que no está todo perdido pero del papelón no se vuelve. Nadie se salva. Ni la Conmebol, ni la AFA, ni Boca, ni River, ni Macri, ni Cristina. Nadie. Perdimos todos. Perdimos feo. La sensatez de Gallardo puso algo de luz entre tanta confusión pero los compromisos, las presiones y los intereses económicos llevaron a jugar un superclásico en el escenario más absurdo. La Libertadores se merecía otro cierre. Este papelón nos desnudó ante el planeta como lo que somos: un país dividido, en caos. Con un futuro incierto y con sus reservas morales hipotecadas.

ARIEL POBLETE    Sección Pasión

 

 

Cordura dentro de la cancha

  • Tristeza. Bronca. Amargura. Vergüenza. Todas sensaciones que se mezclaron mientras se seguía el culebrón sobre si se jugaba o no el partido. Tristeza porque mucha gente de bien esperó el partido con expectativa y no pudo disfrutarlo. Bronca porque, hasta el hombre de Neanderthal sentiría vergüenza cuando le explicaran que ese par de tarados que arrojaron piedras son parte de su descendencia. Amargura que se potenciaba a medida que la Conmebol que vendió los derechos televisivos a todo el mundo borró con el codo lo que escribió con la mano en el reglamento y presionó hasta último momento para que se jugara. Y, fundamentalmente, vergüenza, porque hasta el presidente de la Nación, en los días previos, se prestó para alimentar el fuego de la polémica intentando que asistieran las dos hinchadas y la ministra de Defensa dijo que "si garantizamos la seguridad del G20 cómo no vamos a hacerlo en el partido". Y, ahora. ¿De qué nos disfrazamos? La cordura surgió desde técnicos y jugadores que no quisieron jugarlo desde un primer momento.

FABIO GARBI    Cronista Pasion

 

 

No va a cambiar nada

  • El fútbol argentino está enfermo, pero no de ahora, sino de siempre. Y estos escándalos, como pasó antes, se van a esconder debajo de la alfombra y no va a cambiar nada. Es más, hoy puede pasar de nuevo porque nadie da garantías de que suceda lo contrario, pero así y todo el fútbol argentino mantendrá sus mafias, sus bandas criminales que aún se siguen llamando barras bravas, sus dirigentes inoperantes, oscuros y ventajistas, sus muertes sólo por tener una camiseta con determinados colores, sus operativos ineficaces y su pobre juego en las canchas.
  • Hoy todos en el ambiente hablan de vergüenza y de que es necesario un cambio en este fútbol de mala muerte que es el argentino y que está excesivamente sobrevaluado. Pero nada va a pasar y desde mañana habrá otros hinchas amenazando vecinos con una ametralladora, otros correteando a la policía y rompiendo patrulleros, unos largando gas pimienta y otros más arrojando adoquines a un colectivo. Es el fútbol que merecemos y nada va a cambiar.

FAVIO CABRERA    Periodista Pasión

 

 

Fue un bochorno Monumental

  • Pobres hinchas de fútbol que nada tuvieron que ver. Pobres aquellos que se apuraron en entrar al Monumental para después, sin pensarlo, tener que pasar horas y horas sentados esperando en la incertidumbre que si se jugaba o no el partido. Pobres aquellos que esperaron en vano verlo por la tele junto con sus amigos. Pobres los propios jugadores, que estaban concentrados en jugar un partido trascendental y tuvieron que irse a la concentración otra vez para recién hacerlo mañana. La verdad, un bochorno mayúsculo. Una vergüenza inigualable. A los ojos del mundo entero. ¿Cómo puede ser que en estos tiempos agredan de esa forma el micro de un plantel? Para no creerlo pero real. Imbéciles sin razón social, esos agresores a los que no les importó nada y tiraron de todo a ese micro que estaba en los últimos metros de recorrido. Después, la discusión de si los jugadores de Boca estaban o no lastimados. Otra barbarie. Porque los jugadores estaban golpeados en el alma. Habían perdido toda concentración. Era lógico que no se jugara. Qué vergüenza, Argentina…

WALTER CAVALLI    Editor de Pasión

 

Perdimos como sociedad

  • Nos llenamos la boca hablando que somos los mejores del mundo si de fútbol se trata. Que tienen que volver los visitantes… que sino no existe el folklore… que esto y lo otro. Pero lo de ayer sirvió para darnos un golpe de realidad. Porque el mundo posó los ojos en nuestro fútbol, porque era el Superclásico más esperado de la historia y que por unos pocos inadaptados sociales que piensan más en sus intereses económicos que en la pasión por su club, terminaron manchando al deporte más lindo del mundo. Porque resultaba una locura pensar que el partido se jugara cuando un jugador que debía ser protagonista dentro del campo de juego terminó siendo protagonista, pero en la camilla de un hospital. Un papelón. Un desastre más para nuestro fútbol que dejó plasmado lo que realmente somos ante los ojos del mundo. Porque hechos como el de ayer son moneda corriente en el fútbol de ascenso pero como los inadaptados no se conformaron con eso, decidieron que todo el mundo se entere lo pobre que somos como sociedad. Ojalá no pase nunca más.

VANESSA CHAPARRO    Periodista de Pasión

 

 

El "otro ADN"

  • La pasión "bien entendida" de los hinchas generó a través de los años que el Boca-River sea el partido más atractivo del mundo para observar por su contexto. Sólo así se entiende que ayer estuvieran en el Monumental periodistas acreditados de Arabia Saudita, Australia y Omán, países donde el fútbol "no existe". Vinieron para ver por qué los argentinos se vuelven tan "locos" por un partido de 90". Pero esos visitantes, también comprobaron por qué somos del tercer y/o cuarto mundo. Porque las imágenes de TN mostraron cómo un padre le colocaba a su hija de ocho años bengalas debajo de su ropa y las pegaba con cinta adhesiva para ingresarlas al estadio. ¿Cómo se puede calificar a ese progenitor? Decirle animal, como suele pasar, es una ofensa justamente a esos seres vivos que tienen como instinto cuidar a sus crías. Es una muestra de lo mal que estamos. Los que le tiraron de todo al micro de Boca deben pensar igual que ese padre que arriesga la vida de su hija por darle "color" a su River. Así estamos, así nos va…

GERARDO ALANIZ    Sección Pasión