El último Mundial del Siglo XX se celebró en Francia… y sería la anfitriona la que acabaría llevándose el campeonato. La final la jugaron unos "bleus" liderados por un espectacular Zinedine Zidane y una Brasil con algunos de los mejores jugadores del mundo.
Aquel 12 de julio, y con 75.000 almas llenando las gradas del Stade de France en Saint-Denis, la selección francesa dio un auténtico recital de buen fútbol. Zidane encarriló el partido antes del descanso marcando dos goles que valían su peso en oro. Ya cuando el partido agonizaba y todos los franceses saltaban de alegría, Petit cerró la victoria ante Brasil.
En el partido más importante del Mundial, Ronaldo jugó pero su actuación fue más que discreta. El delantero brasileño sufrió un ataque de epilepsia horas antes de la finalísima ante Francia y todavía hoy se especula sobre ese suceso.
Cuentan que ni los mismos franceses creían en su equipo. Y no es de extrañar porque Francia no fue capaz de clasificarse ni para el Mundial de Italia ’90 ni para el de Estados Unidos ’94. Hay que retroceder hasta 1986 para encontrarse a los "bleus" en un Mundial, donde la Francia de Platini terminó el torneo en el tercer lugar. Pero lo cierto es que, tras superar las dudas iniciales, los anfitriones se llevaron su primer Mundial derrotando al gran favorito, Brasil, que perdió por vez primera una final. El Mundial del 98 coronó a una extraordinaria generación de jugadores galos que, dos años más tarde, también se haría con la Eurocopa.
Zidane se encumbró, pero también fueron fundamentales Djorkaeff, Deschamps, Vieira, Desailly o Thuram. Curiosamente, de los 22 campeones, sólo ocho eran de madre y padre franceses, lo que no impidió que, con el paso de las victorias, toda Francia se emocionara con su equipo como nunca. Para llegar a la final del primer Mundial con 32 equipos, los galos debieron superar rivales muy duros como Paraguay (resuelto con un gol de oro de Blanc), Italia (tuvieron que ir a los penaltis) o Croacia (tuvo que remongar un gol en contra de Suker).