¡Qué mal jugó Unión! La frase se repitió decenas de veces en el Bicentenario entre los poco más de 700 hinchas que fueron a ver el debut de Unión en este Federal A. Los 17 refuerzos que se contrataron y la permanencia de Raúl Antuña como DT, dan como para ilusionarse con el ascenso, ese objetivo tan postergado en Rawson. Pero el capítulo inicial por esta Zona B resultó de terror. Una pesadilla para el Azul, que pese a comenzar ganando sobre Maipú, finalizó siendo goleado por 4-1 y mostrando una versión que alarma de cara a lo que se viene. Lo único bueno, que el camino buscando ser el único equipo que llegue a la B Nacional recién comienza.
Con justo un mes de trabajo encima, las desinteligencias, sobre todo en el aspecto defensivo, resultaron notorias en el bautismo y eso conspiró contra la intención de comenzar el año de manera oficial con una sonrisa. Con el Luto Molina ubicado más de atacante que de enganche, le costó generar volumen de juego y así el equipo quedó demasiado largo. La falta de conexión en la zona de volantes se tradujo también en errores defensivos. En una primera media hora repleta de errores, Unión pudo sacar ventaja de una de las pocas opciones que generó. A los 38’, Ariel Sánchez realizó una gran maniobra por el sector izquierdo y le dejó servido el gol a Pablo Palacios Alvarenga, quien abrió la cuenta y comenzó su idilio con la red contraria. El atacante uruguayo es uno de los principales refuerzos que se contrataron para este torneo y ayer aportó su cuota de gol. Pero lo que era alegría sanjuanina, se transformó en apenas cinco minutos en pesadillas. A los 41’ una desinteligencia en la zaga del Azul le dejó el empate servido al siempre peligroso Nicolás Gatto. El mismo goleador que a los 46’ puso arriba al Cruzado, en este caso aprovechando las dudas en la última línea sanjuanina. Claro que más allá del 1-2 parcial al descanso, todo se puso peor aún debido a la expulsión de Mateo Martinelli a los 43’ debido a su doble habilitación.
La historia estuvo muy lejos de cambiar en el complemento. El técnico local, Raúl Antuña, notó que la formación necesitaba un revulsivo y metió dos cambios en el entretiempo. Para mostrar lo mal que anduvo Unión en esa parte inicial uno de los que salió fue Molina, habitual eje de la creación de juego. Salió el zurdo, aunque pudo hacerlo cualquiera de sus compañeros debido al pobre rendimiento. También Hernán Muñoz dejó el campo e ingresaron dos refuerzos importantes como Leo Roda y Raúl Quiroga. Pero no era un tema de nombres, sino un problema general del equipo en un domingo nefasto. Con las amplias dimensiones de la cancha del Bicentenario, Maipú se hizo un picnic. Unión fue más que nada con vergüenza y a base de centros estuvo cerca de empatarlo con un remate de Palacios Alvarenga. La visita no perdonó a los 35’ cuando el ingresado Agustín San Filippo metió un derechazo que encontró la floja respuesta del arquero Mariano Maino. El 1-3 para el club de Rawson fue demasiado y más aún cuando puso el cuarto Genaro Vuanello, cerrando una tarde donde Unión tuvo el freno puesto.