Dicen que el fútbol siempre da revancha. Tarde o temprano, siempre llega y para Eduardo "Wary" González la espera valió la pena porque 8 años después de haber sido protagonista involuntario del descenso de Villa Obrera desde el Argentino A al Argentino B, el más chico de los González se empezó a sacar esa espinita metiendo un gol clave para encausar la ilusión del ascenso en Atlético Unión. En 2002 tenía apenas 15 años y Piozzi lo puso a jugar la promoción contra Gimnasia de Mendoza. Habían perdido por 2 goles en Mendoza y en la revancha, en Chimbas, la Villa ganaba 2-0 y se quedaba en el Argentino A pero faltando muy poco para el final, en un corner del Lobo, la pelota rebotó en el muslo de Eduardo y venció a su hermano, el Tato para poner el 1-2 que finalmente condenó a la Villa al descenso. Este sábado, 8 años después y bajo la lluvia, Eduardo tuvo revancha. Ese centro milimétrico de Guerra encontró la cabeza del Wary en el momento justo y a la hora indicada para definir el primer paso de Unión camino al ascenso.

Ganar en el comienzo era clave en este Pentagonal y González lo sabía: "Haber metido el primer partido nos garantiza al menos tener la chance de pelear por el ascenso hasta la fecha final. Se viene Gimnasia y Tiro en Salta y teniendo los tres puntos ya adentro, hay margen como para buscar lo más conveniente. Lo ideal sería ganar allá, pero el empate sirve más sabiendo que ya sumamos de a tres".

Su evolución personal es la clave para sentirse útil al equipo: "Uno va madurando, aprendiendo de todo. Me acordaba de ese gol en contra contra Gimnasia cuando tenía 15 años y también de lo que pasó ahora con Trinidad. Son cosas de las que hay que aprender y eso es lo intentamos todos los días".

Por otro lado, ayer, en Salta, en el clásico local de la zona, Central Norte le ganó 1-0 a Gimnasia y Tiro.