El mensaje en la previa de Héctor Arzubialde era “ganar como sea”. Y finalmente no fue ni triunfo, ni ese “como sea” se pudo plasmar en Pocito, dado que el empate en uno no hace más que darle continuidad a la crisis futbolística de Desamparados. Porque ayer regaló los primeros 20 minutos y cuando quiso enderezar su rumbo sólo lo hizo con la inercia, presión y obligación que tenía y tiene de no perder, dejando de lado una idea o identidad para volver al triunfo que se le niega, jugando de local, desde hace una rueda completa con 5 derrotas y 4 empates.
Hace tiempo que la urgencia golpeó la puerta en Puyuta, que necesitado de triunfos ayer tuvo un inicio de terror, en el que no sólo recibió el gol de Almirante, sino que el conjunto de Giunta le hizo precio porque debieron ser más. Más claro y directo fue Arzubialde tras el partido: “Nos dormimos y casi nos cuesta, nos perdonaron la vida”.
Lo que vino después fue entrega pura y sacrificio, que a esta altura del torneo y en descenso directo, no conforman. Los partidos se ganan con goles, no con actitud, y Desamparados estuvo lejos de volver al triunfo. Incluso el gol del empate fue de penal y que el mismo DT Puyutano admitió como “dudoso”.
Este Sportivo esta carente de ideas, lógico para un equipo que pasa un momento grave. Ayer fue más de lo mismo, sin ideas, conductor, con errores ingenuos y sin efectividad en los metros finales. “No tuvimos claridad en los últimos metros”, otro textual de Arzubialde, que en su tercer juego al frente del plantel aun no puede ganar.
Desamparados empezó dormido y más allá que el gol de García a los 3 minutos fue con cierta cuota de fortuna, contribuyó lo desarticulado de Sportivo en el fondo. Gol que la Fragata justificó luego y hasta pudo duplicarlo ante un tibio equipo local, que atrás desnudó contundencia, que en el medio dependió de la movilidad de David Drocco y que arriba cada vez que pisó el área buscó el penal ante la falta de profundidad.
En la semana los trabajos tácticos y ordenes fueron claras: “No tiren centros que ellos son altos”, les había encomendado Arzubialde. Y Sportivo, en el inicio, utilizó el envió aéreo como fórmula para llegar a la igualdad. Desentendimiento o única alternativa para llevar peligro.
De aquel 4-4-2 con el que arrancó y ofreció poco en los 45’ iniciales, pasó al 4-3-1-2 con el ingreso de Anívole en el complemento para tener un generador de juego. Y fue el enganche quien le dio aire a un equipo que se perdía en el intento. Empezó a acorralar a Almirante Brown y allí fue lo de actitud y entrega, pero le faltó la tranquilidad para ganar un partido que lo había empatado Hernán Lamberti y que en los 27’ posteriores (el árbitro adicionó 5’) fue y fue, pero a la tozudez le faltó criterio y otra vez quedó en deuda porque ayer pudo ser el día de los 3 puntos en casa, pero a la actitud hay que acompañarla con ideas.

