Con las manos vacías. Con muchas dudas, con demasiados replanteos, Argentina perdió el primer superclásico de Las Américas este año, en Brasil, al caer por 2-1, en el tercer minuto de descuento del partido jugado en Goiania. Fue castigo merecido para el mezquino planteo de Sabella que armó un esquema para defenderse en todo el juego y que terminó siendo presa de sus propias decisiones. Argentina nunca se decidió a jugarlo de igual a igual. Se replegó, especuló y terminó sin nada por esa misma actitud. A Brasil no le sobró demasiado pero le alcanzó para ganar el primer chico y esperar la revancha en 15 días con otro semblante. Argentina no se animó y se quedó sin nada.
El primer tiempo, tal cual lo anticipaban los planteos de uno y otro entrenador, nació con Brasil intentando poner mucha gente en posiciones rivales y con Argentina reduciendo los espacios con la línea defensiva muy cerca de Ustari y con los volantes achicando para atrás. Con ese simple argumento, el equipo de Sabella le fue cerrando los caminos a las intenciones de Brasil y el partido entró en un terreno repetido y monótono. Pero a los 19’ Maxi Rodríguez, Juan Manuel Martínez y Clemente Rodríguez se asociaron en el ataque y nació el primer gol del juego. Tocaron Maxi y Clemente, vino el centro al medio y Martínez no perdonó para poner el 1-0 en favor de un Argentina que llegó por primera vez y convirtió. Brasil intentó llevarse por delante al conjunto albiceleste pero le faltaron ideas como para romper el dispositivo de Sabella. Pero a los 25’ Brasil encontró el empate de la única forma que podría hacerlo: de pelota parada. Marcaron mal, entró Paulinho solo y puso el 1-1 que acercaba justicia al mediocre trámite porque Brasil también llego una vez y marcaba.
Lo que quedó de esta primera parte fue suficiente para ver las limitaciones de Brasil en la creación y la postura de Argentina de esperar su momento para volver a golpear.
En el complemento, las posturas de ambos siguieron idénticas. Argentina, muy bien agrupado en su propio campo y Brasil buscando los lugares para poder lastimarlo. Pero con solo querer no basta y Brasil empezó a ser presa de sus propias limitaciones. No hubo demasiado peligro frente a los arcos, pero Argentina lentamente pudo salir de la presión local y mostró algunas asociaciones importantes entre Barcos, Clemente y Juan Manuel Martínez. Promediando los 30’ del complemento, Alejandro Sabella movió el banco y cambió piezas por piezas pero sin desarmar la estructura. Brasil, también metió cambios pero sin el resultado esperado. Así, el partido volvió a ser chato, sin emociones.
En los últimos 10’ de juego, Argentina salió un poco más y jugó en terreno contrario pero sin el peso futbolístico como para poder sacar ventajas. Parecía empate clavado pero en el descuento, Leandro Desábato se equivocó en el área y cometió un penal increíble que a los 48’ Neymar convirtió para poner el 2-1 final y exagerado en favor de Brasil.
