Después del anuncio de la Unión Ciclista Internacional (UCI) de los protocolos sanitarios para afrontar la pandemia del coronavirus en el mundo, el director general del Tour de Francia -que en condiciones normales hubiera arrancado mañana-, Christian Prudhomme habló sobre el presente y futuro de la prueba que se celebrará del 29 de agosto al 20 de septiembre entre Niza y París.

Y lo califica como "un Tour único, singular", en el que los corredores "han tenido que variar la forma de preparación, diferente a otros años".

A los puertos se podrá acceder caminando o en bicicleta.

Prudhomme estima que "en las banquinas podemos esperar que probablemente haya menos gente pero la fiesta estará allí, respetando las medidas sanitarias". Afirma que "hemos estado en contacto con las autoridades públicas y con las deportivas. Las especificaciones se definirán en el período comprendido entre finales de julio y principios de agosto. Lo que podemos decir es que habrá una carrera con los mejores ciclistas".

La otra de las incógnitas ante un evento de tal magnitud es la presencia de los aficionados en las salidas, metas y durante todo el recorrido, especialmente en los puertos de montaña donde se producen las mayores aglomeraciones. "El público podrá venir. A finales de julio definiremos los filtros más o menos severos. No habrá besos en el podio y no será el mejor año para pedir autógrafos". Y especialmente para las etapas con finales en alto avisa de que "en las montañas, favoreceremos a quienes suban a pie, en bicicleta o en el transporte establecido por las comunidades locales. Pero, repito, la situación está cambiando día a día. ¿Qué será en dos meses?"