No hubo equivalencias en el duelo entre Marcelo Gallardo y Sebastián Beccacece: el poderío y la sensatez de uno fueron más que la estrategia y la humildad del otro. Así, River goleó 4-0 a Defensa y Justicia y jugará ante Patronato en los cuartos de final.

Es una maravilla la Copa Argentina porque es verdaderamente un campeonato federal y popular: las tribunas colmadas del estadio Centenario así lo evidenciaron. Cada partido de River, de Boca y de casi todos los clubes, es una celebración que moviliza y paraliza a la provincia que se visita. Por eso hubo acampes de días en Chaco para obtener una entrada para ver a los dirigidos por Marcelo Gallardo. También se pagaron hasta $15.000 por una reventa. “Si tenemos la suerte de ir al Monumental, el viaje más la entrada no sale eso o más”, explicaban los chaqueños.

El partido entre River y Defensa se presentó como el duelo entre Gallardo y Beccacece, entrenadores de paladares similares, y la lógica y la jerarquía de los dirigidos por el Muñeco se impusieron a las ganas e innovaciones que presentó Becca. El conjunto de Núñez se plantó con un 4-3-1-2, con Paulo Díaz de central, Juanfer Quintero de enganche y Lucas Beltrán como delantero para acompañar a Pablo Solari. Lo del Halcón fue demasiado pizarrón y varios de los futbolistas se movieron en lugares impropios: Nazareno Colombo, central por naturaleza, fue lateral derecho; Nicolás Tripicchio, defensor por banda, fue ladero de Kevin Gutiérrez en el medio; Gabriel Alanis, jugó a pierna cambiada; Manuel Duarte, que se mueve como volante por banda, se cerró para tapar a Enzo Pérez. Cuando Defensa se acomodó en la cancha, Solari ya había festejado el primero.

Conviene hacer un párrafo especial para el cordobés Solari. Todos (periodistas, hinchas, incluso dirigentes) creyeron que con su llegada River adquiría un extremo por banda. Pero en un par de partidos Gallardo lo reconvirtió y juega como delantero por dentro, como acompañante de un atacante más de área. La sensación primaria era que asomaba un nuevo Ortega; tras un par de duelos y goles, la comparación con Julián Álvarez no es descabellada. Un dato: el gol de Solari de anoche (definió de derecha por entre las piernas del arquero, tras una mini diagonal) fue similar al primero que marcó la Araña en Manchester City contra Nottingham Forest en la jornada de Premier.

El gol de River cayó a los 3 minutos de iniciado, luego de una recuperación alta de Nicolás De la Cruz y de un pase de enganche de Juanfer. Los instantes que siguieron fueron de alto vuelo para los dirigidos por el Muñeco, con alta calidad de pases y mucha efectividad. Estuvo cerca de festejar el segundo con disparos lejanos de Aliendro y de De la Cruz.

Tardó 20 minutos en acomodarse Defensa y Justicia. Logró emparejar el juego desde el empuje. Generó muchos córners (9) y de uno de ellos casi encuentra el gol con un cabezazo de Gutiérrez. También arrimó peligro con una corrida de Alanis que cerró de manera brillante Herrera y con un cabezazo de Colombo.

River se mantuvo al acecho, presionando alto y atacando de manera directa. Estuvo lúcido Beltrán en apurar un lateral en la jugada de su gol. Es cierto que el desborde y el pase atrás de De la Cruz fueron vitales para el gol del ex Colón.

No salió Armani a jugar el complemento por precaución (se chocó con Herrera en la primera parte) y Ezequiel Centurión demostró que es una buena pieza de cambio: tapó varias y tuvo una destaca actuación. Sí, Defensa mereció hacer algún gol.

A River le alcanzó con acelerar un par de veces para aplastar al rival. Solari tuvo su noche de gloria y marcó un triplete. En el segundo suyo, culminó una linda jugada de Beltrán; en el tercero, definió de tres dedos después de una corrida a puro talento de Enzo Pérez.

Ganó, goleó y gustó River; Gallardo se impuso por amplio margen en el duelo de entrenadores, que no se cruzaron ni se saludaron en ningún momento. Pasó de ronda River, hizo los deberes y encontró niveles muy altos en algunos futbolistas. Seguramente esa será la mejor noticia para el Muñeco, que en 10 días tendrá que ir a la Bombonera para medirse con Boca.