No entra. San Martín ha demostrado en el inicio de esta Superliga que es un equipo dominador, con serias intenciones y que va para adelante generando situaciones, pero también ha dejado en claro que necesita un goleador.

Recién van tres fechas de la Superliga, pero lo suficiente para marcar que a este San Martín le cuesta demasiado concretar y hacer un gol es casi una misión imposible. Anoche pudo haber empatado y por qué no hasta haberle ganado a River si hubiese estado fino. Pero volvió a demostrar, como le pasó la fecha pasada en la derrota ante Belgrano, que dentro del área no tiene la frialdad para acertar.
La gran diferencia del partido fue la efectividad. Que se vio reflejada en el marcador. Porque mientras River llegó 4 veces, en 3 convirtió. Muy diferente al Verdinegro, que generó 8 opciones y prácticamente todas muy claras, y erró en la definición. Incluso muchas de ellas en el último toque la tiró afuera del arco.

Van tres fechas y es un aspecto que va en contra de su juego y propuesta. Porque mientras en el armado de la jugada y en la ocupación de espacios para tener peso en ataque lo hace de manera óptima y hasta superando a su rival de turno, todo lo desperdicia en los metros finales, cuando es realmente donde debe marcar la diferencia y que es donde se ganan los partidos.

“Fuimos superiores pero erramos”, dijo en conferencia de prensa Pipo Gorosito tras la caída ante el Millonario. Un dato no menor, y que está a la vista. “En el segundo tiempo tuvimos muchas situaciones de gol pero no las pudimos concretar”, agregó ayer el entrenador. Frases similares a las que brindó en Córdoba hace una semana luego del 0-1 en contra.

Anoche, en el primer tiempo desperdició 4 ocasiones: Barcelo de cabeza a las manos de Batalla. Villarruel remató afuera de frente al arco. A Barcelo se la sacaron sobre la línea. Y en la última de ese parcial llegó el gol del descuento en una jugada con varios rebotes y que ante la presión de Matías Escudero terminó metiendo en su arco Carlos Auzqui.

Y ya en el complemento, donde prácticamente el partido se desarrolló en campo millonario, generó otro póker de acciones que terminaron afuera del arco. Mana que enganchó la pelota hacia adentro y disparó desviado. Un fuerte centro de Rodríguez al segundo palo para el cabezazo de Prósperi que dio en la parte de afuera de la red. La enorme asistencia de Mosca para el ingreso por el centro -a la altura de la medialuna del área- de Fernández, quien se apresuró en la definición y el balón se perdió cerca del palo en la más clara de ese parcial. Y la restante fue el remate de Barcelo que no motivó a la intervención del arquero Batalla.

Anoche San Martín fue, en el segundo tiempo, hiperofensivo tras los cambios con Mosca, Luque, Rodríguez, Barcelo y Spinelli, pero no fue el remedio para un diagnóstico negativo que marca el presente del equipo.