El fútbol y la vida tienen sus vueltas y al sanjuanino Mario Barrios le tocó vivirla en carne propia. Después de 17 años en Santiago de Chile, hoy ya estabilizado, vivirá un sábado más que especial como argentino, futbolero y hombre enamorado. Es que estarán frente a frente Argentina y Chile definiendo la Copa América pero en paralelo vivirá un duelo especial con su novia, la candidata a Miss Universo del vecino país, Natividad Leiva, pero sabiendo que su amor no sabe de camisetas. Y hoy, Mario lo cuenta en primera persona: “Mi vida empieza a cambiar a partir de mi retiro del fútbol profesional. Terminé mis estudios en educación física y me especialicé en nutrición deportiva master en Personal Trainer y seguí relacionado al deporte como un bálsamo que calmara el duelo que sufre todo futbolista al retirarse -jugó en San Martín y Unión, entre otros clubes-. Pasaron los años inmerso en los gimnasios de Santiago y entrenando a muchísima gente y creciendo como profesional y ser humano. La vida y las circunstancias me dan la posibilidad de llegar a la Universidad Católica como jefe técnico del fútbol amateur. Me eligieron por sobre ídolos del club como Nelson Tapia y Parraguez y en eso tuvo mucho que ver el Tati Buljubasich que me conocía de habernos enfrentado y también del buen concepto que tenia el club de mi como persona y jugador”, expresó el exdefensor sobre sus comienzos laborales en Chile. Sobre cómo se dividía su vida subrayó que “trabajaba en los gimnasios por la mañana y en las tardes en la Católica. Me contrataron para entrenar a Natividad Leiva como su personal trainer, que es una modelo top chilena candidata y virreina del Miss Universo y actual Miss Mundo Chile. Las sorpresas de la vida hicieron que el amor apareciera y hoy estamos en una relación soñada de 2 años y que nos tiene muy ilusionados y felices”.
Sobre cómo afrontará estos 90’ que tienen el título de la Copa América de premio, Mario contó que “quiero mucho a Chile y amo profundamente a mi Argentina. Cada vez que surge alguna contienda deportiva entre los dos países me genera sentimientos encontrados pero sí bien definidos. Soy un agradecido eterno de Chile por lo que me dio y por cómo recibió a mi familia. No conozco un solo chileno que no haya venido fascinado de un viaje a Argentina y siempre prometiendo volver”.

