“Aire, aire, penal bien pateado es gol”, les dijo el árbitro Carlos Nai Foino a los jugadores de River que protestaban airadamente que Antonio Roma se había adelantado un metro en el penal que tiró Delem y que podría haber sido el empate para los “Millonarios” que perdieron 1 a 0 dilapidando sus chances de campeonato ante un Boca que no tenía un juego tan vistoso, pero que era efectivo.

Fue el 9 de diciembre de 1962, hace dos meses Roma volvió a ser nota de periódicos por aquella jugada que lo llevó a la eternidad deportiva como uno de los ídolos de la hinchada boquense.