HAY EQUIPO. Los hermanos Ricardo y Mauricio Muñoz desarrollan a diario una actividad que, aparte de la enseñanza de la disciplina deportiva, inculca valores de buena educación a los niños que asisten a la escuelita que tienen en la casa del ex doble retador al título del mundo.

Dicen que en el boxeo las piñas no alimentan y no es una verdad de perogrullo. Este viejo axioma se aplica a aquellos boxeadores que extienden sus campañas profesionales con el único fin de parar la olla en sus humildes hogares a costa de su gastado físico. Ahora bien, cuando por medio del boxeo se aprenden normas de convivencia, como que "no hay que pelear en la calle", que "se debe saludar y respetar a los mayores" y que "a la escuela se va a estudiar"; esas piñas que se reciben, casi jugando, porque son bien, pero bien, amateur, vaya sino alimentan.

Y eso es lo que pasa en la casa de Mauricio Muñoz, en el barrio Los Zorzales, Rivadavia. Allí, el "Negrito", doble retador mundialista, y su hermano Ricardo, ex boxeador, enseñan los primeros palotes del deporte de fistiana a unos 15 chicos que pagan su cuota mostrando sus cuadernos. Saben que si andan bien en la escuela podrán ponerse los guantes y calzarse un cabezal. Esos niños, vecinos del lugar y también de los barrios, Cerro Blanco, Cuyo (La Bebida), Marquesado 1, 2 y 3; de la Villa Larga y del Loteo Los Olivos; acuden cada tarde -después de las 18:30 cuando regresan del colegio al gimnasio que el púgil ha montado en un galpón al que le faltan puertas, pero le sobra afecto.

"Empece porque mi hijo más chico, el José (7 años) venía con sus amiguitos, les mostraba los cinturones y se ponían los guantes. Un día me puse a jugar con ellos y junto a Richard (Ricardo su hermano) decidimos armar el gimnasio", cuenta con su característica voz baja Mauricio. Otro de sus hijos, el del medio, Santiago (9) es "el profesor", porque asume el control de los entrenamientos cuando su papá y su tío se encuentran trabajando en el gimnasio de la Municipalidad de Rivadavia. "En realidad deberían venir solo tres días, pero les gusta tanto que aparecen de lunes a viernes y no le sacan el cuerpo a nada, salen a correr a la plaza o al "campito" de enfrente y luego saltan la soga y hacen toda la gimnasia que les indicamos. Saben que es para ponerse los guantes e iniciar el circuito en los distintos elementos deben cumplir con todo lo que se les pide" explica Muñoz.

ENTUSIASMADOS, realizan todos los chicos las rutinas del gimnasio donde aprenden a boxear pero también a respetar a sus compañeros, a los mayores y a sí mismos.
 

Cuando se le consulta sobre ¿qué lo impulso? a realizar una actividad que no es redituable económicamente, Mauricio se pone serio, sus ojos pierden por un instante su brillo y cuenta parte de su historia de vida: "Yo sufrí mucho de chico, mi mamá debió pelear para que tuviéramos lo mínimo por eso cuando vi que llegaban con los píes ampollados porque para venir al gimnasio se ponían los "gomones" de los hermanos más grandes, por ejemplo, hablé con mi señora, Belén; mi hermano y mi cuñada (Johana) y decidimos hacer algo para ayudarlos", explicó.

Personalmente, aprovechando la amistad que lo une a Fabián Martín, intendente de Rivadavia, Mauricio le hizo el pedido de ayuda por unas zapatillas para los chicos.

La, ahora denominada, Escuela RM Muñoz, está esperando que le salga la personería jurídica para sumarse como entidad a la Federación Sanjuanina de Boxeo; cuenta, aparte del semillero de niños, con una decena de púgiles amateur que ya participan de las veladas sanjuaninas. "No se si de acá sacaremos algún boxeador, posiblemente no. Pero es lo que menos nos interesa. Nos conformamos con sacar los chicos de la calle y rodearlos del afecto que muchos no tienen en sus casas", concluyó.

El festejo

años, de manera consecutiva, llevan las familias de Mauricio y Ricardo asumiendo la organización del festejo del "Día del Niño" en el barrio Los Zorzales. Y cuatro, cumplirán este año con la escuelita de boxeo.

>Maestro e ídolo

Por unanimidad los alumnos de la "escuelita" eligieron a Mauricio Muñoz como su boxeador preferido. El "Negrito" disfruta la enseñanza y trabaja con ellos como si fueran profesionales. Acá, con su hijo Santiago, realizando combinaciones de golpes a las manoplas.

>Al agua pato

Apoyados por la Secretaría de Deportes y la Municipalidad de Rivadavia, los hermanos Muñoz han llevado a los alumnos de su escuelita a compartir una tarde de pileta en el camping de Rivadavia, entre una de las actividades recreativas que comparten.

>Complemento solidario

Ayudados por la ONG San Juan Solidario, dirigida por Daiana Luna Font y Luciano Cano, arman bolsones de alimentos no perecederos para distribuir entre los alumnos. Belén, esposa de Mauricio, aporta su granito de arena en la tarea de empaquetarlos.