Primera vez. Daniele De Rossi, en el vestuario de Boca en la Bombonera, junto al manager y su amigo personal, Nicolás Burdisso. Los acompañó en ese recorrido inicial el secretario general del club, Christian Gribaudo.

"Mire, mire, qué locura...mire, mire qué emoción...este es él famoso "tano" que vino a Boca para ser campeón". 6.32 en el aeropuerto de Ezeiza y más de 200 hinchas de Boca pusieron ese sonido de ambiente cuando el italiano, Daniele De Rossi, por fin pisó suelo argentino. Una auténtica revolución causó en su arribo al país acompañado de su esposa, Sarah Felberbaum. Los hinchas saben que llega un volante con el ADN xeneize, combativo a ultranza pese a sus 36 años y que viene a cumplir su gran sueño de jugar en la Bombonera. Claro está, todo ese deseo en boca del europeo es miel para los oídos de los hinchas que ya colgaron banderas en su idioma para recibirlo: "Bienvenido a la República de la Boca. ¡Te espera la Mitad +1! Esto es Boca", le "avisaron" en Casa Amarilla.

Todos a él. Cerca de 200 hinchas del xeneize lo fueron a esperar al italiano a Ezeiza.


Fue en ese reducto bien xeneize donde De Rossi tuvo sus primeras horas en el país. Junto al manager y amigo personal de su paso por la Roma, Nicolás Burdisso, donde Daniele jugó 18 campañas siendo su máximo ídolo en la actualidad, recorrió las instalaciones del club. Le gustó ver de primera mano lo que le contaron de la gran infraestructura con que cuenta su nuevo destino. Luego, se dio tiempo para estampar su autógrafo en el contrato que lo unirá con Boca hasta mediados del 2020. Y como había pedido, saltó a la cancha para entrenarse por primera vez. Ahí, en ese fútbol en espacios reducido, demostró que no viene a pasear: en una pelota disputada fue al piso con todo y "raspó" a otro de los refuerzos: Eduardo Salvio. Esto valió la caída del Toto y el pedido de disculpas de Daniele. De Rossi llega a Boca a cumplir un sueño y por eso postergó su retiro. Su carrera resultó muy buena y tiene en su haber el título mundial con su país en el 2006. Pero le faltaba esto: jugar en el equipo del que es hincha Diego Maradona. Ayer lo empezó a cumplir, aunque sabe que el desafío será importante. "No va a ser fácil para De Rossi jugar en la Argentina", pronosticó el Cholo Simeone cuando su arribo era inminente. Los antecedentes de grandes estrellas llegando al fútbol doméstico así lo avalan. Basta con recordar el caso de un tal Daniel Osvaldo, que arrancó como héroe y se fue como villano, expulsado por los Barros Schelotto tras fumar tabaco en un vestuario de Uruguay. Sus ganas lo llevan a querer debutar el domingo contra Huracán, pero lo más probable es que recién lo haga por la tercera fecha de la Superliga recibiendo a Aldosivi. Está claro que cuando salte a la cancha, la Bombonera, como se suele decir no vibrará sino latirá. Acaso ayer todos hayamos sido testigos del arribo de alguien que viene a llenar un vacío que Boca tiene hace muchos años, más allá de la presencia de Tevez.

Un Riquelme no habrá más en Boca porque "el último 10" es incomparable. Pero De Rossi tendrá en sus pies y sobre todo en su entrega las llaves para entrar en el corazón del hincha que ya lo venera...

Referente. Varios juveniles de Boca se sacaron una foto con el volante luego del entrenamiento.

Su camiseta

16 De Rossi llevará esa remera debido a su admiración por el exvolante irlandés Roy Keane, quien usaba ese número en el Manchester United y es el ídolo de Daniele.

El octavo italiano que viene a Boca

Malo. El paso de Daniel Osvaldo por Boca en el 2015, quien se fue por un escándalo.

Daniele De Rossi es un caso especial porque en el final de su carrera decidió jugar en Boca para cumplir su sueño. Antes que él, siete compatriotas suyos vistieron la camiseta del xeneize. El último caso fue Daniel Osvaldo quien nació en nuestro país y se nacionalizó italiano para jugar en esa selección. Duró un año en el club tras su arribo en 2015 y se fue peleado con el Mellizo Barros Schelotto tras un ciclo con mucha pena y sin gloria. Distinto fue lo de Gabriel Paletta, quien también se nacionalizó italiano para jugar con la Azzurra: en 2008 tuvo su mejor momento con la conquista del torneo Apertura y la Recopa Sudamericana.

Un caso particular fue el de Cristian Ledesma, quien nunca debutó en la Primera de Boca. En 2008 se casó con una italiana y por entonces ya había decidido tener su futuro en el Viejo Continente. Los otros casos fueron los de Antonio Valentín Angelillo, Reinaldo Martino, Eduardo Ricagni y Raimundo Orsi, el primero allá por la década del "20 del siglo pasado.