Fiebre millonaria. La noche sanjuanina tuvo un solo color: rojo y blanco. Esa fue la postal que se vivió ayer por la tarde-noche apenas consumado el encuentro en el que River goleó a Quilmes y así se consagró en el Torneo Final de Primera División.
Los sanjuaninos festejaron a su manera. La postal fue repetida a la que se vivió hace más de un mes, cuando el Millonario venció a Boca en el Superclásico y también hubo motivos para festejar en la plaza central de los sanjuaninos.
Claro que esta vez el festejo fue muchísimo mayor. Cuatro mil personas -según cifras otorgadas por la Policía de San Juan- se acercaron a Plaza 25 de Mayo para celebrar el título del club de sus amores. Y nada importó. Ni sexo ni edad. Nada pudo con el fanatismo que sólo puede generar el fútbol en los sanjuaninos.
Los primeros en llegar fueron quienes estuvieron viendo y vibrando con el partido en las confiterías del microcentro sanjuanino. Ellos se concentraron justo enfrente de la Iglesia Catedral y a medida que iban llegando los hinchas -apenas 15’ de finalizado el partido- decidieron dar la primera vuelta olímpica a la plaza. El “Dale campeón… dale campeón…” sonó más fuerte que nunca. Como nunca. Y esa justamente fue la primera vuelta, porque después -cuando iban llegando más hinchas- seguían dando vueltas a la plaza cantando siempre contra un único destinatario: sus pares de Boca. Los petardos, las bombas de estruendo, los fuegos artificiales que iluminaron el cielo y los miles de papelitos que volaron por el aire, también fueron parte del festejo millonario. Así los sanjuaninos tuvieron “su” fiesta.
Las lágrimas de una señora cincuentona vestida con la camiseta de River y la alegría que reflejaba el rostro de un hombre teniendo en brazos a su pequeño hijo, fueron algunas de las postales de la noche de ayer. Esas lágrimas de alegría, dejaron atrás tanto sufrimiento por el descenso sufrido hace casi tres años, cuando el elenco millonario descendió a la B Nacional. Ese triste recuerdo quedó en el olvido ayer con el campeonato obtenido.
Así los sanjuaninos festejaron, sin incidentes. Como debe ser.

