Uno, Unión, tuvo aplomo e hizo los goles que se comió su rival. El otro, Atenas, careció de ideas y se hizo los goles que evitó su adversario. Ayer, en La Rinconada, después de un primer tiempo anodino donde Atenas se fue al descanso en ventaja con un golazo de Kevin Brombale (volea de zurda a media altura), Unión edificó una victoria que nació en su banco.

La historia del partido entre "Mirasoles" y "Azules" se escribió en la segunda mitad. Cuando el "Motoneta" Echegaray dejó una línea de tres y oxigenó la mitad de la cancha con los ingresos de Cofré y Raúl Ramírez. En ese instante Unión, que había sufrido la constante presión local, se adueñó de la pelota, la hizo circular con mayor justeza y generó las opciones que no había tenido en la primera mitad.

Verón, al los 11, convirtiendo un penal que le habían hecho a Cofré. Morales, con un cabezazo por arriba del arquero, luego de acomodarse y girar dentro del área sin que lo molestaran. Y, finalmente, González con un tiro libre que se le escapó entre las piernas a Cortez, le permitieron a Unión en media hora dar vuelta el partido.

Atenas se desangraba entre su impotencia para generar fútbol, las protesta continuas y las opciones marradas, una que Mingolla le sacó a Kevin Brombale y otra que el volante pocitano dilapidó cuando estaba solo frente al arco. El descuento de Bustos no alcanzó, el oficio de Unión cotizó en bolsa más que las ganas locales.