Hace cinco años, en 2008, empujado por un amigo y compañero de trabajo, el médico Carlos Sansó, Martín Vallejos, por entonces de 31 años, chofer de un servicio de ambulancias y empleado del boliche ‘A Peteco’, comenzó su idilio con el ciclismo de montaña, actividad que, al culminar el 2013 lo tiene como uno de los mejores cinco exponentes provinciales en la categoría Master A2 (de 35 a 39 años).

Por entonces pesaba 158 kilogramos y unos estudios que se realizó para renovar el carnet de conducir le salieron al límite de los valores anormales. Venía en camino, Guadalupe, la segunda hija de su matrimonio con Erica Dingevan (ya tenían a Joaquín, actualmente de 8 años) y se dio cuenta que debía dar un vuelco a sus hábitos para mejorar.

Para quien en su juventud había sido jugador de vóleibol de la Universidad (incluso fue compañero de Alejandro Spajic) empezar con otro deporte como el MTB, que admiraba y disfrutaba, pero nunca había practicado, fue -con su sobrepeso- un calvario.

“Mi relación con el ciclismo no pasaba más allá de ir con mi padre (Juan Carlos) y mi hermano (Gabriel) a ver pasar alguna carrera o acercarnos hasta el velódromo para mirar las llegadas”, contó el hijo mayor, de los dos varones, que trajo al mundo Mirta Guevara.

Como no tenía un grupo cercano, sus prácticas incluían un viaje hasta Pocito para encontrarse con Sansó, Sergio Pelaitay (actual director de deportes municipal), Mauricio Díaz y otros muchachos. “Eran 20 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, por lo que se hacía duro”, agrega Martín que hoy, con 84 kilogramos, puede decir que se “sacó un hermano gemelo de encima”, porque logró bajar 74 kilogramos.

El proceso de descenso de peso incluyó, entre otras cosas, el tratamiento con la nutricionista Yanina Soto y el monitoreo permanente de los médicos compañeros suyos, en el Sifeme (hoy llamado Ambulancias 107).

“Ahí me di cuenta lo importante que era comer a horario. A mi, que trabajo 12 horas de corrido (un mes durante la noche y al siguiente durante el día), se me complicaba cumplir con las colaciones necesarias. Allí comencé a llevarme la vianda al trabajo y modifiqué totalmente mis hábitos. Deje de fumar y comencé a ordenar mis actividades”, amplió quien es vecino del Barrio Universitario.

Actualmente, entrena en el gimnasio de Gustavo Milla, integra el equipo de entrenamiento de Darío “Quincho” Ramírez y defiende los colores de Full Time Motos.

Después de cuatro años intensos en los que siguió como objetivo el llegar a su peso ideal, Vallejos, se propuso y le propuso a su entrenador, convertirse en uno de los cinco mejores dentro de una categoría, aparte de numerosa, muy competitiva. Meta que alcanzó con creces, porque culminó cuarto en el campeonato sanjuanino sólo superado por Mauricio Arias, Juan Manuel Campayo y Martín Magariños, quienes tienen sobre sus piernas muchas victorias importantes, pero además porque ganó la 1ra Vuelta a San Juan de Rural Bike y porque se coronó -siempre en su categoría- como triunfador del Desafío Ischigualasto.

“Aunque no creas, Gustavo (Milla) me insiste en que para el normal de la gente estoy flaco, pero que para el ciclismo todavía tengo algo de sobrepeso”, amplió quien de ahora en más, al haber concluido la actividad del MTB, se suma al pelotón de libres en ruta. “Es muy exigente porque se anda muy rápido, pero me ayuda en mi preparación”, dijo.

A la hora del balance, Martín afirma que el MTB le permitió encontrar mejor calidad de vida y “disfrutar más de las cosas sencillas, como la familia”.