El cordobés David Nalbandian, que junto con Horacio Zeballos le dieron el sábado a la Argentina el punto de dobles y la clasificación ante Alemania, tuvo un regreso soñado a la Copa Davis, como líder y estandarte del equipo nacional.
El de Unquillo, de 31 años y hoy 88 en el ranking mundial, fue el más ovacionado en la previa al partido, incluso cuando le entregaron el "premio al compromiso" en la Davis, junto a grandes de la historia como Guillermo Vilas, José Luis Clerc, Ricardo Cano y Javier Frana.
También fue el más aplaudido en la cancha, pese a no estar en su mejor nivel. En la presentación, durante el juego y cuando terminó, quedó claro que Nalbandian es el símbolo del equipo.
"Larga vida al Rey David", "Vamos David", le gritaban reiteradas veces desde las tribunas. Sin dudas, su presencia le dio calor y animó al público argentino. "David es nuestra bandera", rezaba justamente un trapo que había colgado en la platea baja y que mostraba un dibujo casi calcado de la cara de Nalbandian.
Durante toda la semana y después del encuentro, el cordobés y el resto del equipo se encargaron de resaltar "la unión del grupo" y que realmente la pasaban bien jugando esta competencia y compartiendo la concentración, algo que sólo pasa "pocas semanas al año".
"Es como una obligación estar, se lo debemos a la gente. Es una forma de devolverle algo al público, que siempre nos da un apoyo impresionante", declaró Nalbandian, quien no juega en el circuito ATP desde agosto del 2012 y que estuvo acompañado de su mamá y su mujer, Victoria, embarazada de cinco meses.
Con la ausencia de Delpo, quedó claro que el único rey es David, que tiene 12 años representando a Argentina en esta Copa. Y que demuestra que la Davis le importa más que nada. "Es increíble, es una de las pocas cosas por las que sigo jugando al tenis", dijo. Clarísimo.