Aún cuando venía navegando en aguas turbulentas, el eslovaco, de 27 años, Peter Sagan arribó a Noruega, con el rótulo de candidato a repetir la victoria en el Mundial de Ruta. Campeón en Richmond (2015) y en Doha (2016). No iba a ser fácil porque los locales diseñaron un circuito que favorecía a su embalador local, Alexander Kristoff, quien sería apuntalado por un poderoso equipo. Sin embargo, corriendo en desventaja porque su conjunto no contaba con la jerarquía de los más poderosos, Sagan sacó a relucir su personalidad y toda su calidad para, empujando su bicicleta, cruzar la raya medio tubular delante del "vikingo".

Con esta victoria, Sagan se convirtió en el quinto ciclista en ganar tres títulos ecuménicos en la prueba de pelotón. El italiano Alfredo Binda, los belgas Rik van Steenbergen y Eddy Merckx y el español Óscar Freire, lo antecedieron, pero el eslovaco consiguió el logro de manera consecutiva, lo que hace única su hazaña.

Propietario de una personalidad histriónica, avasallante y muy popular. Sagan tuvo un período entre 2014 y 2015 (se redimió con el título ganado en los Estados Unidos) donde perdió 30 carreras en el embalaje decisivo. Le costó mucho sacarse el título de "segundón". En la Argentina le dirían, recordando una serie televisiva, "cebollita, subcampeón".

Este año sufrió la expulsión del Tour de Francia, en el que había ganado una etapa, por empujar al británico Mark Cavendish en el embalaje que definió el cuarto parcial. Acción por la que terminó pidiendo disculpas, como cuando en 2013 en el podio del Tour de Flandes provocó un escándalo al pellizcar la nalga de modelo.

Llegó al ciclismo casi de casualidad. Tenía 6 años y dejó el fútbol, el karate y las clases de teatro a las que lo llevaba su madre, para subirse a la bicicleta y no bajarse más. Se hizo popular, haciendo la "willy" al cruzar la meta. Suma 12 triunfos de etapa en las grandes vueltas (4 en España y 8 en el Tour) y nunca fue al Giro de Italia porque tanta montaña lo estresa.

Una frase lo pinta de cuerpo entero. El sábado, día previo a la prueba, no quiso reconocer el circuito
porque "iba a dar varias vueltas" antes de la definición del título, que ganó de manera brillante.