El silenzio stampa que acompañó a los futbolistas de Desamparados en el camino desde el campo de juego del José María Minella al camarín visitante lo dijo todo. La voz, a punto de quebrarse de su técnico, Luis Recúpero, en su análisis de la caída 3-1 ante Alvarado es otra muestra de este momento tan complicado de Sportivo, un club que en solo diez meses puede perder dos categorías al caer de la B Nacional al Argentino B. Demasiado duro para el víbora que ayer en Mar del Plata no puedo hacerle frente al buen equipo que conduce Darío Tempesta. El puyutano está herido de gravedad, pero no muerto. La caída lo condenó a Desamparados a jugar, como mucho, un desempate ante Brown de Madryn para evitar el descenso y afrontar una Promoción. Para que eso suceda hay una sola combinación de resultados en la fecha final del Repechaje: Sportivo debe ganarle de local a Cipolletti (que lucha por esquivar la Promoción) y Brown debe perder en su visita a Unión, de Mar del Plata, que se jugará ante su gente la clasificación. Cualquier otra combinación es descenso para un Sportivo que está a un paso del abismo.
En el arranque todo fue del dueño de casa. A los 10’ se puso arriba con un frentazo preciso de Fabián Castillo. Sportivo se tambaleó en ese pasaje y solo las buenas intervenciones de su arquero, José Mancinelli, lo salvaron de una goleada. Aunque de a poco se recuperó y en el cierre de la etapa encontró la igualdad mediante un toque sútil de Silvio Prieto. El complemento resultó una película de terror para el víbora. Otra vez a los 10’ recibió un tanto: fue Gabriel Christovao de penal quien cambió por gol la mano cobrada a Ariel Barth. Desamparados fue a buscar el empate, que a esa altura era un gran negocio, pero lejos estuvo de encontrarlo. De hecho, a los 48’ esa ilusión se derrumbó con el tanto de Ezequiel Ceballos.