No eran más de 20. Acompañados por sus padres y lógicamente posando con sus pequeñas motos, los alumnos de Alberto "Wey" Zapata asistieron al cementerio de Rawson para darle la despedida a quien, hasta el domingo último, fue su entrenador. Con un cartel que hicieron para el Wey en forma de caricatura, los chicos de la escuelita "Motocross Wey Kids", contaron cómo era su formador.

"Yo sé qué fue lo que pasó. El Wey se cayó corriendo y ahora se fue al cielo", comentó uno de los más chiquitos relatando con su inocencia, la partida de Zapata. "¿Mamá, por qué viene tanta gente? ¿A qué hora viene el Wey?", eran las preguntas insistentes de los pequeños, que se repartían entre los 4 y los 10 años, esperando por el acompañamiento. Muchos de esos chicos presenciaron el momento del accidente fatal de Zapata en el circuito de San Agustín en Córdoba, es que muchos habían ido a competir en las categorías menores e incluso momento antes de que el Wey saliera a competir en su manga, mantuvieron una charla con su entrenador. "Unos minutos antes del accidente habían estado juntos. El Wey le decía a mi hijo que había andado bien, que siguiera así pero que le faltaba un poco mejorar en la partida, que no tuviera miedo en la largada, lo felicitó y lo alentó muchísimo. Después pasó lo otro, lo terrible, lo que será difícil de olvidar", comentó Paola Vila, una de las mamás.

La charla del Wey aconsejándole había sido con Alejo Morales, que a sus 9 años, ya se anima a las competencias, pues lo mamó de su papá Alejandro. "Los chicos lo van a sentir muchísimo. No sé todavía cómo continuará todo de ahora en más. Los niños lo querían muchísimo, no es porque ya no esté pero Alberto tenía un afecto especial con los chicos. Cuando llegaba a las carreras todos los niños corrían a abrazarlo", comentó Paola.

Ella y otras madres relataron lo duro que significó lo sucedido el domingo, aunque por fortuna los pequeños no presenciaron la caída de su entrenador. "Fue muy shockeante para todos los presentes. Los chicos no vieron el golpe pero vieron toda la situación cuando lo asistieron. Preguntaban qué había pasado y no les queríamos decir, pero después el momento más duro fue cuando por los parlantes el locutor dijo que el Wey había fallecido. Fue duro, en ese primer momento los chicos no entendían pero después cuando veían a todo el mundo llorando entendieron todo", comentaron. "Fuimos al velorio y estaba su casco debajo del cajón. No nos vamos a olvidar del Wey, siempre le decíamos que lo queríamos mucho", contó Ana Paula otra de las pequeñas alumnitas del Wey.