Lugar formado por calles y encrucijadas. Esa es la definición exacta de la palabra laberinto. San Martín justamente se encuentra en un lugar, entiéndase el Apertura, hoy por hoy repleto de encrucijadas. De problemas a los que no les encuentra solución y que van a contramano del presente que vive el club en lo institucional con adquisiciones de predios e inauguraciones de obras incluidas. El laberinto verdinegro no cuenta con solo un problema, sino que posee varios. De acuerdo a como se lo mire, va la escala de relevancia dentro de este presente donde aparece último en los promedios. Y luego del magro 0-0 del viernes ante All Boys, con la gente y algunos dirigentes, como el experimentado Adolfo Antuña, demostrando públicamente su malestar.

San Martín padece en su falta de juego todo un tema. Contra el Albo estalló en los ojos esa falta de creación, salvo las apariciones de Federico Poggi y, en menor medida, Mauro Bogado. El Enano está claro que no tiene un socio para crear situaciones. Por momentos en este torneo lo fue Maxi Núñez, pero ya no. Con dos nueve como Penco y Caprari, a Poggi no le queda otra que desnivelar de forma personal y enviar un centro para las torres que aguardan para cumplir la misión de empujarla a la red. Un dato marca la falencia del equipo en este sentido: de los cinco mejores promedios del certamen para DIARIO DE CUYO, cuatro de ellos como Pocrnjic (6,14), Landa (5,92), Mas (5,78) y Bustos (5,62) tienen características más bien defensivas. Poggi es la excepción con su 6,10.

En un equipo que genera demasiado poco, la falta de gol es una lógica consecuencia. Once goles en quince partidos es la estadística de San Martín, siendo uno de los terceros equipos con menos goleo. Entre sus máximos artilleros, todos con dos gritos, se encuentra Penco y un volante como Saavedra y un central tal es el caso de Landa. Con el dato que el goleador del ascenso recién pudo ‘alcanzar‘ a sus dos compañeros hace tres partidos. Ante este panorama, Garnero movió las piezas una y otra vez, aunque casi de forma unánime empleando el sistema que lo llevó a Primera, el 4-4-2. Igual que le pasó en su campaña pasada en la B Nacional, ahora en Primera tampoco cuenta con un clásico enganche para mutar al 4-3-1-2 que es otro de sus dibujos preferidos. Durante las quince fechas del Apertura, el DT sólo repitió el equipo en un par de ocasiones de una fecha a la siguiente. Fue contra Rafaela y Godoy Cruz sumando cuatro de los seis puntos en disputa, y mostrando los pasajes más rescatables del torneo. Si de nombres utilizados se trata, vaya si hubo una gran variedad. Garnero utilizó en total hasta el momento a 25 futbolistas, que salvo en el caso de Carabajal (29’ contra Banfield), el resto fue titular como mínimo en dos encuentros. La zona del equipo donde más variantes realizó Garnero fue en el mediocampo, con once. Cantero tuvo más presencias con doce y en contrapunto se encuentra Aguirre, titular en el debut con Tigre, pero con solo tres presencias en total.

En este cambio de piezas, más allá de los rendimientos de cada uno, mucho tuvo que ver las lesiones, que por momentos treparon a la cifra de nada menos que quince futbolistas imposibilitados para jugar.

El factor anímico, siempre tan valorado por Garnero en este fútbol actual, pasó a tomar cada vez más relevancia. De hecho, tras el 0-0 de antenoche el propio Pocrnjic fue más que claro: “Estos son los partidos que hay que ganar para mejorar el promedio y por eso nos duele tanto no hacerlo. El promedio preocupa, es una realidad”, tiró el uno.

Los fríos números, si bien actualmente lo tienen comprometido, no demuestran un camino irreversible ni nada parecido. La meta de los famosos 25 puntos en este semestre está a 9 y con el plus de que al dividir por una sola campaña, ganando se potencia mucho más. Otro punto destacado pasa porque los equipos que están junto a San Martín bien abajo en los promedios, dividen por dos o tres temporadas.