A los 7′ ya lo perdía, faltando 7′ casi lo gana. Así vivió Sportivo Desamparados el partido más especial de este Apertura del Argentino A. Se quedó con gusto a poco. Con sabor agridulce porque lo tuvo a Talleres contra las cuerdas y solamente le faltó el golpe de nocaut. Porque como un boxeador de estirpe, Sportivo se supo levantar del golpe inicial, tomó aire, se jugó la vida y se llevó por delante a un rival que de grande, solamente trajo el nombre a San Juan. Lo tuvo a punto caramelo para liquidarlo pero volvió a sufrir la falta de gol que tanto lo condiciona y terminó con un empate 1-1 que se quedó corto a los méritos de Sportivo Desamparados.
A cancha llena, con mucha expectativa, Sportivo empezó dudando. Es más, tan aturdido entró que a los 7′, Talleres en su primer ataque a fondo llegó al gol. Luego de un centro por la izquierda de Anívole, llegó Solferino para anticipar en el área y sacudir a Puyuta. Fue un mazazo del que Desamparados se levantó con mucho temple. La pasó mal los primeros 15′ y luego se reacomodó. Empezó a cambiar el aire y conducido por su figura, Hernán Lamberti encontró por la franja derecha el camino para llegarle a un Talleres que poco a poco se fue metiendo atrás. A los 16′, Lamberti ganó, metió el centro abajo y ni Gizzi ni Benito pudieron conectar para el empate. Fue la más clarita del Víbora pero era todo un anuncio: a este Talleres se lo podía lastimar.
En el complemento, Recúpero arrancó con Marcos Quiroga como socio de Lamberti y Ceballos por ese carril derecho. Ese movimiento lo arrinconó a Talleres y todo fue sanjuanino. Pelota, opciones e iniciativa. Sportivo fue y fue. De la mano de Lamberti y con las ganas de todos. Generó no menos de tres chances netas de gol y su dominio se intensificó más aún cuando a los 20′ expulsaron a Galíndez, uno de los defensores de la T. Ahí, Desamparados fue una tromba. A los 37′ cuando el tiempo ya jugaba en contra, Giordano le ahogó el empate a Lamberti en un tiro libre. De ese corner llegó el gol. Apuró Romero, metió el centro al corazón del área y Parisi -el artillero puyutano- se elevó más que nadie para cabecear al gol. El milagro era posible. Desamparados quería más y fue a buscarlo. A los 41′. Quiroga probó a Giordano de media distancia y a los 43′ Parisi eligió cambiarle el palo cuando el arquero sólo podía mirar, pero la pelota se fue besando el palo.
Sportivo se quedó con las ganas. Se levantó, mostró coraje, algo de fútbol y mucha convicción pero contra Talleres, el empate sonó más a castigo que a premio.