Darío Franco había demostrado en la previa del choque con Unión que se trataba de un partido muy importante para él y sus dirigidos por motivos como hace tres fechas que no ganaba San Martín y haber dejado la punta de la tabla. Por eso pensó en mover la estantería tácticamente y lo hizo innovando en este verdinegro con un sistema, el 3-3-1-3, nunca antes utilizado durante su mandato. Tras el 3-1 contra el Tatengue y la recuperación de la cima de las posiciones, evidentemente la apuesta al DT le salió bien. Logró recuperarse tras el bajón más pronunciado en lo que va de la temporada y dio la impresión que aunque las piezas son casi las mismas del 4-1-2-3 que empleó desde el amanecer del torneo, este es otro San Martín. Da la sensación que se reinventó.
Pese al viento intenso que hubo en el primer tiempo del domingo, San Martín fue capaz de administrar el balón durante la mayor parte del tiempo. No lo hizo porque Unión se lo regalara y esperara la contra como pensaron en su momento Chacarita y Atlético Tucumán (caídas 0-1), si no por la capacidad de sus futbolistas en el medio para administrarlo. Con Messera de enganche, el equipo mostró agresividad aunque no el frenesí de encuentros pasados. "Creo que tuvimos la capacidad de hacer la pausa justa. Es una de las cosas que aporta Mariano y eso se nota. Por momentos el equipo necesita esa tranquilidad y controlar el ritmo", valoró Scatolaro, quien pasó de ser doble generador de juego con Videla a ayudar sobre el sector izquierdo en el medio a Alderete. El chileno agregó sobre esa nueva misión suya "si me dan elegir, prefiero jugar en el centro de la cancha, como pasó en el complemento, pero priorizó estar en la cancha y ayudar al equipo como pueda".
Otro punto destacable es que el equipo no murió en el centro casi automático para Penco. Fue por los costados con Barreiro y Poggi, quienes en más de una vez hicieron la diagonal e incluso remataron ellos al arco. Una clara muestra de esto es que el ex Merlo contó con cuatro opciones netas de gol, aunque no logró convertir. Para el goleador del equipo sanjuanino, SP9, "la idea es mantener la agresividad y estar convencidos de lo que queremos. Es importante que supimos asimilar esta forma de juego y sumar una victoria ante un rival que venía muy bien. No sirve de nada cambiar de sistema, si el técnico y los jugadores no están convencidos de hacerlo. El domingo demostramos que lo estamos".
En la última línea, pese a tener enfrente a un rival que venía de ganar en sus últimas tres salidas de Santa Fe incluso sin recibir goles, se vio un funcionamiento aceitado. Nunca el equipo quedó desbalanceado. Una mutación clave pasa porque Floris, quien se mostró sólido pese a su lesión en los meniscos de la rodilla derecha, no pasó casi al ataque y estuvo contenido. "Era una posición que conocía de mi equipo en Vélez. Con esta idea, tengo menos recorrido y termino más entero en lo físico. También estoy más resguardado al tener adelante mío a Scatolaro", expresó el zurdo pampeano. Contra el equipo de Kudelka casi no se vieron los retrocesos de los wines para cubrir hasta el final de la cancha en defensa, una constante con el 4-1-2-3.

