Lo esperó desde siempre. Cuando asumió en 2003 cuando Sportivo Desamparados se debatía en el torneo local, lo primero que les dijo a sus jugadores fue que había que soñar a lo grande. Y siempre lo pregonó. Hoy, las vueltas del destino le pusieron en sus manos la chance de dirigir a Sportivo Desamparados en la Primera B Nacional y Ricardo Dillon desnuda todas sus sensaciones antes de asumir su quinto ciclo. Nadie mejor que él mismo para analizarse...

¿La primera diferencia? Su temperamento: “Ese temperamento siempre está porque es parte del sello personal, de mi forma de sentir el fútbol pero ahora lo asumo de otra manera, controlando mis reacciones y potenciandolas en favor del equipo. Creo que hay madurez como técnico desde aquel que comenzó hace ya 8 años en Desamparados. Siempre intenté mejorar en todos los aspectos como técnico y el temperamento fue uno de los principales aspectos en los que trabajé”, confesó Ricardo Dillon..

Qué vio de este Desamparados como positivo y qué tiene para mejorar es el otro tema que abordó el Flaco, fiel a su estilo: “Es un equipo que tiene muchas cosas buenas, Hizo una gran primera parte y después decayó. Analizándolo, lo mejor está en la solidez defensiva que traía desde el ascenso y que tiene que volver a potenciar. Está en nosotros trabajar en la búsqueda del equilibrio para que siga proponiendo como lo ha hecho en todos lados pero sin que le conviertan. Hay buen pie y es una ventaja porque la idea siempre será ser protagonistas”. Los equipos se arman con jugadores y Dillon ya hizo su particular análisis de las individualidades que tendrá a su mando en esta nueva etapa en Desamparados: “Los conozco a todos. Los dirigí a algunos y a los que no, los enfrenté como rivales. Si están en esta categoría, es por algo y confío plenamente en todos para poder concretar lo que queremos”. Para el final, Dillon se animó a hablar de sus sueños, de esta Primera B Nacional, de tener la jerarquía que hay en la divisional: “Siempre uno soñó con tener la chance de dirigir en esta categoría y el sueño empieza a ser completo porque jugarla con Desamparados y teniendo a los rivales y el nivel que existe hoy, uno no puede esperar ya más. Es un lujo estar en esta temporada y uno siempre se preparó para este tipo de desafíos.

Día a día hay que trabajar para llegar a estos momentos que son para disfrutarlos pero también para afrontarlos con toda la seriedad y el compromiso que se merece. Es un momento muy bueno”.