1- Receta
San Martín juega a lo San Martín. Sin derroches, con solidez, sin dejar flancos débiles. Eso, ya le permitió sacar una luz de ventaja en la categoría y en Mendoza no fue otro equipo. Mostró lo mejor de su libreto en el primer tiempo donde pudo haber sacado su ventaja como para terminar ganando. En el complemento ya no pudo manejar los tiempos pero le sobró solidez defensiva como para sostener el resultado que necesitaba. La receta no cambia. San Martín es impenetrable atrás, pensante en el medio y demoledor arriba. Leo Sánchez y Stang sostuvieron la solidez en el fondo, Torresi -hasta que se cansó- fue el cerebro en el medio y Penco, con su conmovedora entrega y su potencia, llevó peligro siempre. Independiente Rivadavia fue más ganas que otra cosa. Buscó el partido porque otra no le quedaba pero sin sustento colectivo e individual como para bajar al líder. San Martín no hizo más que ser el San Martín que afuera no se debilita, aunque le faltó el plus en ataque como para traerse tres puntos a San Juan.
2- Cara
Una de las mejores virtudes fuera de San Juan de esta versión sólida de San Martín es su capacidad para neutralizar las intenciones del rival. Especialmente en el primer tiempo y en Mendoza, dio otra muestra. Con el parsimonioso andar de Gallardo en el medio, el criterio de Torresi y las apariciones de Becerra, le cortó todos los caminos a Independiente y lo terminó adormeciendo. Así, lo empezó a controlar. De atrás para adelante. Sabiendo que su punto fuerte está en su capacidad para defenderse y luego, no perdonar en la ofensiva. Ahí, pudo haberlo ganado. Tuvo tres opciones y una terminó en el palo. Esa fue la mejor cara del Verdinegro: la del primer tiempo en el "Gargantini".
3- Contracara
En el complemento, la postura táctica de San Martín no varió pero en el rendimiento colectivo Torresi -en particular- ya no fue el mismo y le permitió más llegada a Independiente Rivadavia que con todas sus limitaciones a cuestas, propuso más. San Martín hizo lo suyo: de atrás para adelante. Defendió bien, se recostó un poco más sobre su arquero y terminaron sobresaliendo en esa postura las producciones de Leo Sánchez y de Gastón Stang, en orden de méritos. Sin hacer control de pelota en el medio, sufrió algo. Arriba, la potencia de Penco sobró para bancarse todo el fondo Leproso pero la posición de Sparapani (ni punta ni enganche) le jugó en contra para tener más abastecimiento.