La derrota de anoche ante Belgrano deja en la boca un sabor distinto a las sufridas la semana pasada en Avellaneda y La Boca.
Contra los Piratas cordobeses, San Martín no encontró respuestas futbolísticas desnudando algunas falencias que preocupan.
1- EQUIVOCÓ EL CAMINO
Desde el inicio equivocó el camino. Con el viento a favor se apuró en tratar de llegar frontalmente al área adversaria cuando lo ideal era tirar velas lateralizando a ras de piso y no buscar a los puntas con pelotazos largos que favorecieron la tarea defensiva de un adversario como Belgrano que salió con un libreto bien estudiado y lo respetó fielmente. En el primer tiempo, cuando lo aconsejable era probar de media distancia o aprovechar las pelotas paradas para meterlas en el corazón del área, San Martín hizo todo lo contrario. Los carrileros aportaron poco, el equipo se hizo largo y, salvo un sólo tiro libre ejecutado con criterio que derivó en una gran salvada de Olave, no produjo nada más.
2- DIVIDIÓ LA PELOTA
En el fútbol confundir velocidad con vértigo es uno de los errores más comunes que suelen cometerse. San Martín, trató de asumir su localía jugando a una velocidad que supera la técnica individual de algunos jugadores, razón por la cual fue presa fácil de la ordenada y firme tarea del mediocampo de Belgrano. Los cordobeses se movían en bloque para achicar espacios adelantando sus líneas y cuando recuperaban la pelota la hacían circular tratando de asegurarla, primero, para buscar profundidad, después. Sin ser brillantes, pero si efectivos, los visitantes cortaron en dos a un San Martín que carecía precisión de entrega y dividía en demasía la pelota.
3- NO TUVO PROFUNDIDAD
Es cierto que la fortuna no acompaña al plantel verdinegro. La gran cantidad de lesionados, la mayoría volantes ofensivos y delanteros, reducen la opciones de variantes al técnico Garnero.
Ayer jugó con Graf y Poggi arriba, pero como la pelota no llegaba, Poggi bajó a buscar y Graf quedaba muy sólo. Sin llegada de los carrileros y sin justeza en el último pase se terminó chocando en demasía. El ingreso de Ayala le dio algo más de presencia en el área, pero no alcanzó. Su suerte estaba echada.

