De antemano, se sabía, el partido iba a ser chivo desde todo punto de vista. Estaba claro que en este fútbol plagado de necesidades, tanto San Martín como Independiente -que las tienen, y muchas- iban a jugar a diente apretado y preocupándose más por no perder que por cualquier otra cosa. Y así salió nomás. Con mucha marca y pocas ideas. Con celosa preocupación por cortar el circuito rival. Con chances, está claro, que no abundaron pero que merodearon una apertura en el marcador al final imposible. Y terminó 0 a 0. Casi como una conclusión lógica de lo que pasó en 90 minutos, al principio movidos y al final complacientes con aquellas necesidades de no perder. ¿Si les sirvió el punto? Más sí que no, porque en los últimos 10 minutos fue como que el conformismo invadió la escena. Y eso simplemente significó que a ambos ese punto les vino bien para más adelante “cotizarlo en bolsa”.
Lo cierto es que Independiente demostró los porqué de estar donde está, tanto en las posiciones como en los promedios. Y San Martín, que necesitaba sumar de a tres por el simple hecho de jugar en casa, dejó en evidencia que no encuentra la efectividad que había logrado en esa seguidilla antes del partido con Rafaela.
Entonces, el 0, que fue el símbolo del partido, se convierte casi en un punto muerto para los dos.
San Martín tuvo más chances. Las creó porque tuvo orden en esos momentos. Pero Independiente también tuvo una, tal vez las más clara, porque aprovechó un lapso de letargo y distracción de los locales.
La tarde arrancó mal para los Verdinegros. En la entrada en calor se lesionó su arquero Ardente. Entonces, Corti salió como titular. Y el Colorado resultó una de las figuras del partido (junto con Mas y Mattia).
En el mismo inicio Bogado probó fuerte pero desviado. Se fueron acomodando. San Martín teniendo más el balón pero abusando del pelotazo. Después el Rojo fue copando el medio. Especialmente con la marca de Zapata y de Vargas. Promediando la primera etapa Corti le sacó un tiro de gol al Tecla Farías y después llegó el “show” de Lunati, que sacó amarillas al por mayor a los locales (a Osorio, Bogado, Caprari y Alderete, sucesivamente) y eso enfureció a jugadores y también a la gente.
A los 37’ Navarro le sacó el gol con las piernas a un tiro a quemarropa de Osorio y los minutos que quedaron fue pura presión Verdinegra. En realidad, lo mejor del equipo sanjuanino en todo el partido.
El complemento dio más de lo mismo. El chileno Alarcón reemplazó al lesionado Alderete y en el segundo segmento el técnico Perrone intentó mayor profundidad mandando a Poggi y a Penco (por Luna y Caprari, de bajo nivel y cansados por el calor). Antes, Emmanuel Mas casi grita gol fusilando a Navarro pero Hilario la sacó con la cabeza. Y después Vidal casi grita el gol de la visita pero Corti la capturó. Quedó una última para Osorio, pero otra vez fue Navarro quien la cerró. Y en los últimos 10’, con las piernas ausentes, el conformismo invadió a los dos. 0-0. Punto muerto.

