¡Dale campeón, dale campeón! El trofeo más grande para el campeón. Los jugadores de Concepción festejan el momento luego de ganar la tremenda final ante su clásico rival Social San Juan. Una fiesta del hockey con casi 5.000 espectadores.



 

En las finales, la alegría queda para uno. Y anoche Concepción levantó la copa y festejó a más no poder. Lo hizo después de jugar una batalla inolvidable ante su clásico rival Social San Juan. Fue victoria 2-0. En una definición que se dio por esos pequeños detalles. Triunfo merecido para el que hizo mejor las cosas. El título del Argentino de Clubes Seniors de varones tiene un dueño auténtico. Eso sí, nadie podrá objetar la hidalguía en el juego y la entrega del Decano. Los dos deleitaron a casi 5.000 personas que le pusieron un marco espectacular a un estadio "Cantoni" prácticamente copado. Todo encerró una verdadera fiesta del hockey sobre patines. Como aquellas que supieron verse hace muchos años atrás.

¿Quién pudiera discutir capacidades de los leones que estuvieron en cancha? Nadie. Sólo que, como cualquier partido, el desarrollo fue marcando situaciones y figuras. El clásico de anoche fue así. Tuvo sus momentos distintos. En unos, Concepción dominó los hilos del juego. En otros, fue Social el que salió decidido a marcar diferencia. El primer tiempo dejó un 0-0 como fiel reflejo del equilibrio. Los dos tuvieron situaciones para anotar pero aparecieron los arqueros para desbaratar esas intenciones. Ambos equipos fueron al frente pero priorizaron la marca sabiendo que un error podría condicionar su futuro.

Recién promediando la etapa se dieron las más peligrosas. Maturano casi marca para el Azul con un bombazo y, en la contra, Martín lo tuvo pero falló.

El complemento trajo otros aires. Hasta que sobre los 5" el "Taco" Raed cedió para "JJ" Marín y este abrió la cuenta. Marín dijo después que es una jugada que suelen practicar. Y les salió por el quedo cómplice de la defensa rival.

Dos grandes. Carlos López y David Páez disputan una bocha que está en el aire. Los dos demostraron su categoría y vigencia a pesar del paso de los años. Un deleite verlos jugar en un clásico eterno.

No pasaron ni 5" y Concepción volvió a anotar. Fue tras otra jugada que no salió de casualidad. Maturano tiró pero buscó complicidad en el toque de Ariel Romero, que rozó la bocha y descolocó a Montaño.

El resto dejó el nerviosismo del Decano, la sabiduría de David Paéz y las grandes atajadas del Conti Acevedo. El combo exacto para que el Azul grite campeón.