Por cosas del destino. Hace tres días, en la etapa contrarreloj Emanuel Saldaño no pudo festejar la victoria por un error organizativo. Una falla en la toma de los tiempos, terminó nublando la tarde y dejó la definición en suspenso. Algo que se solucionó esa misma noche en una escritorio y ahí sí Saldaño fue nombrado ganador pero ya no pudo festejar.

Pero como todo en la vida tiene revancha, a Emanuel le llegó. Ayer, casi a la misma hora y en el mismo lugar, el Chino se dio el gusto de atravesar primero la línea de meta para quedarse con la etapa más final de la Vuelta de San Juan.

La etapa que sacó al pueblo sanjuanino a la calle.

Emanuel valorizó el gran trabajo realizado por su equipo, el de la Municipalidad de Rawson. Es que en la etapa de ayer ninguna de las fugas realizadas logró tener resultado positivo, en cambió la que él inició junto a Eduardo Sepúlveda (Selección Argentina) en los últimos metros, fue la que cumplió el objetivo.

Por todo eso lo logrado ayer, fue mucho más meritorio para Saldaño que ahora sí se dio el gusto de festejar. “Esto es la justicia divina, el otro día no pude festejar y hoy (por ayer) lo hice en el mismo lugar y donde había más gente. Recibir el apoyo de miles de sanjuaninos en la Circunvalación fue emocionante”, señaló. Es que en la Avenida, el Chino se dio la dicha de sacar diferencia sobre sus perseguidores y así recibir para él sólo el aliento ensordecedor del público. “Por ahí uno no está muy pendiente de eso, pero no se puede hacer oídos sordos. Lo que se sentí es inexplicable. Tendría que cerrar los ojos y volver a imaginarlo porque fue un momento muy bonito y me dio fuerzas para completar la etapa”, señaló uno de los ídolos del ciclismo sanjuanino.