Nació, se formó y lo idolatraron en los Diablos rojos. Y ayer con un gol a los 49′ del complemento le quitó el título a otros Diablos rojos. Se trata de Sergio Leonel Agüero (tocayo de su amigo, un tal Leonel Messi), acaso el último gran futbolista que tuvo Independiente de Avellaneda y que con su tanto para el Manchester City en el mediodía dominguero de nuestro país le dio el título a los Celestes tras 44 años, dejando en segundo lugar al Manchester United.

El "Romario argentino’, tal cual lo definió alguna vez César Luis Menotti, se convirtió en el chico de la película del domingo en Inglaterra y buena parte del planeta futbolero mundial. A sus 23 años sumó su séptimo título en total, aunque el primero con el City, club al que llegó en agosto del año pasado a cambio de 45 millones de euros pagados al Atlético de Madrid.

Agüero no tuvo un inicio de temporada sencillo en el conjunto de Roberto Mancini. Más allá de alternar como titular, el Kun siempre tuvo en el idioma inglés toda una limitación: "’Todavía no logro entender del todo bien a mis compañeros. Lo que entendí clarito hoy (por ayer) fue el "i love you’ que me decían todos los hinchas”, contó Sergio, casado y con un hijo con una de las hijas de Diego Maradona, Giannina. Con el Diez tiene vínculos más allá del nieto que le dio, el purrete Benjamin. Es que Agüero le rompió el récord al Pelusa de ser el jugador más joven en debutar en Primera en nuestro país. Con 15 años, 1 mes y 3 días, el fornido delantero (mide 1,72 mts. de estatura y pesa 76 kilos) debutó en Independiente bajo la conducción técnica de Oscar Ruggeri, en sin dudas el único acierto del Cabezón al mando del histórico Rey de Copas.

Apasionado del twitter al punto de subir fotos de él junto a su hijo haciendo diferentes piruetas, ayer entró en la historia grande del City. "’Van a pasar muchos años y todos se acordarán de mi gol”, contó Agüero, el que mandó al infierno, precisamente, a los diablos del United.

Por Gerardo Alaniz

Diario de Cuyo