La angustia se terminó. Esa tensa, frustrante y amarga espera de 105 días para que lo operaran de la rotura de un ligamento lateral de su rodilla izquierda ya pasó. Ahora, como luchador incansable de la vida, Marcelo Rubén Laciar ya está pensando en el regreso. En volver a jugar y en cerrar una exitosa carrera que lo llevó por todas las categorías del fútbol de Argentina. Se lesionó el 30 de enero y desde ese día empezó un largo peregrinar para ver si lo podían operar de una buena vez. El Gino las hizo todas para agilizar los trámites desde mover expedientes en Acción Social hasta comerse las filas interminables en el Hospital Rawson sin resultados. Pero todo llegó al final y Laciar no pudo dormir en toda la noche del martes. Caminó una y mil veces en su dormitorio, mientras su esposa Natalia intentaba calmarlo. El miércoles, temprano, se internó y pasadas las ocho y media de la mañana, por fin ingresó a quirófano y pasado el mediodía, ya estaba en la cama 118 de Traumatología, operado. Por fin.

Después, en una mezcla de ansiedad y de ilusiones, el Gino agradeció a Dios el final de esta tortura y se puso a planificar el regreso: ‘Por fin se terminó esta angustia. Estaba desesperado y no sabía ya con quien hablar para agilizar el tema de la operación. Me ayudaron mucho mis amigos como el Tati Pizarro y Javier Rodríguez. Ellos movieron los papeles para conseguir desde las vendas elásticas hasta las muletas. Necesitaba operarme y viendo que pasaba el tiempo, me llenaba de ansiedad. Ahora, ya no tengo reproches para nadie ni nada parecido. Se dieron las cosas así y lo único que pienso ahora es en hacer la rehabilitación bien para volver a una cancha y recién ahí pensar en un retiro. Creo que con todo lo que jugué, por todos los lugares donde anduve, me merezco irme del fútbol jugando y no por una lesión’.

Laciar debutó a los 15 años en la primera división de Arbol Verde y desde ahí, siguió un derrotero que lo llevó por todas las divisiones de Argentina: torneo local, Argentino B, Argentino A, B Metropolitana, B Nacional y Primera División, pero el Gino quiere terminar su carrera en Unión: “Eso es lo que quiero. Retirarme en Unión pero no ahora, ya que mi idea es al menos darle 2 años más a mi carrera. Ese es mi deseo pero depende también de los dirigentes que son los que decidirán mi continuidad”.

El Gino siente que el fútbol es su vida y a fines del 2012 terminó el curso de director técnico, siendo ese el objetivo a futuro: “Me gusta esto. Siento que estoy capacitado como para ofrecerle algo más al fútbol que tantas cosas me dio. Terminé el año pasado y busco aprender en todos lados y de todos siempre. Ese es el camino para crecer pero, por ahora pienso en el jugador. Para el técnico creo que faltan tiempos por cumplir todavía”.

Los tiempos son los que el Gino tiene medidos, planificando una vuelta que ya imagina: “La semana que viene me sacan los puntos, de ahí en 2 meses más empezar a correr con intensidad y apuntando en que en 4 meses ya estaría a full para arrancar una pretemporada en serio. Yo no me entrego nunca’.