El Estadio Malvinas Argentinas de Mendoza lució con un marco imponente anoche en el Superclásico. Desde temprano, los hinchas de Boca y River ocuparon las tribunas asignadas para cada parcialidad y casi tres horas antes del encuentro, ya se podía vivir el clásico ‘duelo de hinchadas‘. Ese folklore que le pusieron ambas parcialidades llegó a su punto límite cuando promediaban 25’ del segundo tiempo y el árbitro Diego Abal decidió parar unos segundos el encuentro por los cánticos xenófobos de los hinchas de River.
Antes, en la previa, en el control de Desaguadero en el límite de Mendoza con San Luis, alrededor de 80 agentes provinciales sustrajeron en vehículos que transportaban a hinchas de uno y otro club alrededor de 18 cuchillos, que podían ser utilizados como armas blancas. Ya en las tribunas, específicamente en la que se ubicó la parcialidad xeneize, se pudo observar (según imágenes de la TV) a Rafael Di Zeo y Mauro Martín, los dos jefes de la barra xeneize no pudieron ingresar en el anterior clásico jugado en Mar del Plata, a causa de que sobre ellos pesaba el mentado derecho de admisión. En Mendoza, sin derecho de admisión vigente, los barras pudieron presenciar el encuentro.

