Italia, 20 de febrero.- Parecía ser uno de los encuentros más atractivos en esta instancia de la Champions League. La semana pasada se disputó el otro plato fuerte de la llave, en el partido entre Real Madrid y Manchester United, que culminó en empate, pero el choque entre catalanes e italianos quedó en deuda.
En su visita al San Siro, el Barcelona hizo lo que está acostumbrado a hacer: un juego paciente, con la pelota al piso, esperando las notables participaciones de Lionel Messi. El Milan, en cambio, presentó lo que caracteriza a los equipos italianos: un “Catenaccio” sólido para poder golpear de contraataque.
Los primeros 45 minutos se diluyeron en insinuaciones de un conjunto “blaugrana” que tenía la posesión del balón, pero no lastimaba a un conjunto rojinegro fortalecido en defensa y veloz en los ataques.
En el complemento el Milan salió a buscar el gol en el campo contrario sin descuidar el cero en el arco de Abbiati. Pero el Barcelona no le otorgó la pelota y continuó durante la mayoría del encuentro con el dominio del juego.
Sin embargo, el tiempo pasaba y el Milan, de forma desprolija, comenzaba a preocupar a la última línea del equipo “Culé”. El juego friccionado favorecía a los dirigidos por Massimiliano Allegri y tras una pelota parada, que se ensució después de un rebote en la mano del colombiano Cristian Zapata, Keving Prince Boateng abrió el marcador con un remate desde el borde del área grande: 1 a 0 y a refugiarse.
El ingreso de Alexis Sánchez por Cesc Fábregas no modificó el previsible juego catalán. Sólo algunas pinceladas de Iniesta y unos pocos intentos lejanos de Xavi amenazaron con el empate. Ésta vez Lio Messi no apareció para rescatar un resultado favorable, ya que el mejor jugador del mundo no se adaptó a una presión muy bien ejercida por el Milan.
Con una notable destreza física y táctica los italianos seguían haciendo negocio, dado que Abiatti seguía sin tener grandes intervenciones. El partido se terminaba y los locales se conformaban con el resultado hasta ese momento. Pero la aparición de Muntari, dentro del área de Valdés, luego de la asistencia de El Shaarawy derivó en el segundo gol del Milan y la felicidad estalló en el San Siro.
Ahora los catalanes tendrán una difícil parada en el partido de vuelta, en el Camp Nou, ya que deberá dar vuelta un resultado frente un equipo que planteará un esquema similar al que le presentó en su cancha.