Tan drámatico como emocionante. De un mal primer tiempo, a un notable cambio en el complemento para darlo vuelta con clase, oficio, ganas y ese amor por la camiseta que ya poco se ve en el fútbol actual. Lo que siempre caracterizó al conjunto de Cabello y que de haber quedado eliminado anoche en el Este mendocino ante San Martín hubiese sido un duro golpe directo al corazón. Pero entre tantos signos de interrogación que se agigantaron porque a los 2′ de iniciado el pleito el local pasó a ganarlo, Unión sacó su clase en el segundo parcial donde los cambios que puso el DT sanjuanino dieron el efecto esperanza que se comenzó a gestar con el empate de uno de los ingresados Jorge Steiner, para ponerle dramatismo hasta el final donde el que más mostró encontró el dulce sabor del triunfo por medio de Walter Estrada en el minuto final, para darle la clasificación y ponerlo de cara al sueño del ascenso que ahora empezará a desandar desde el próximo sábado con el Pentagonal final.
Lo del Azul fue un triunfazo en rodeo ajeno. Que se valora más porque en la ida, en San Juan no había podida vencer a San Martín y lo de anoche era de vida o muerte. Que empezó torcido ya que cuando todos se acomodaban, a los 2′ llegó el tiro de esquina de Carlos Alaniz que Bruno Juárez cabeceando en el borde del área chica, la mandó adentro luego de dar en el travesaño.
Unión sintió el golpe, se quedó dormido, y sobre los 8′ en otra pelota detenida, Gustavo Reggi la peinó y se fue cerca del palo. Los movimientos del Azul fueron demasiados acelerados y desesperados por buscar la paridad, los mismos que lo llevaron a quedar mal parado en cada contra de San Martín.
No obstante su mayor déficit fueron los centros, y a los 23′ casi le cuesta el segundo cuando Fernando Abba reventó el palo. Lo único de Unión llegó en el final, Walter Estrada sacó un disparo que devolvió el parante. Signo de saber que poder no era una utopía para encarar con otra mentalidad el complemento.
Y así fue porque a los 9 segundos Ceballos se animó y luego el ingresado Steiner también probó. Otra actitud, otra intención. Jugó en campo del rival y ya con tres puntas era más incisivo pero sin profundidad. Cabello metió dos variantes más con la obligación que tenía. Guerra para hacerse de la pelota y darle claridad.
La misma que tuvo concreción a los 22′, con la pelota en profundidad para con dramatismo Steiner cruzarla y poner el merecido empate. Pero la fiesta total, lejos de casa cayó a los 45′ cuando Estrada con el alma la cruzó para poner a Unión en la etapa final.
