San Juan, 8 de julio.- Increíble, pero real. Corría el año 1982 y Argentina llegaba al Mundial de España como gran favorito y defensor del título. Todas las miradas estaban puestas sobre Maradona, que meses antes había sido transferido de Boca al Barcelona por una cifra millonaria.

El andar de la selección de Menotti fue paupérrimo, quedando eliminada en segunda fase al perder 3-1 ante Brasil. Ese partido terminó además con la expulsión de Diego. El fracaso futbolero fue un golpe duro de asimilar para un pueblo que veía en el deporte una forma de ‘escapar’ de la guerra de Malvinas que ocurría en ese momento.

Con el afán de buscar un culpable, todas las miradas cayeron sobre Diego, al que la gente denostó y los medios maltrataron. Afortunadamente, el mejor jugador de todos los tiempos tuvo su revancha cuatro años después, callando las bocas de todos.
Algo similar ocurre con Lionel Messi en la actualidad. ¿El tiempo le dará la razón?