Pegó rápido. Apenas iban dos minutos y Maximiliano Rodríguez puso arriba a San Martín con un definición pegada al palo. Fue su primer tanto en el club y lo festejó junto a Gabriel Carabajal, quien 16″ minutos después metió un tremendo gol con un gran pegada que fue el tanto del triunfo.

 

 

El objetivo de San Martín era ganar y lo consiguió porque venía de dos derrotas. Y lo consiguió anoche al superar 2-1 a Banfield en el partido que cerró la 11ma fecha de la Superliga. Pegó de entrada ya que a los 18″ lo ganaba con los tantos de Maximiliano Rodríguez y Gabriel Carabajal en un periodo que tuvo un alto nivel futbolístico.

 

Y ya en el segundo tiempo perdió la pelota, se defendió, el Taladro descontó, pero tuvo la eficacia justa para sumar tres puntos vitales de cara al cierre del año, dado que al torneo le quedará sólo una fecha en el año. La contracara de la victoria fue que la continuidad de Pipo Gorosito en frente del equipo está en duda y el próximo lunes podría ser su último partido al frente del Verdinegro.

El lunes, a las 19.15, San Martín recibirá a Defensa y Justicia

El partido lo abrió muy rápido San Martín porque a los 2″ ya lo ganaba con el gol de Rodríguez, tras el centro al área que peleó Barcelo y que le quedó al uruguayo que acomodó la pelota y definió con clase, de zurda, pegada al palo.

 

Banfield sintió el rápido golpe y la reacción fue a base de centros. A los 8″ con el frentazo de Carranza que dio ene l travesaño y luego el cabezazo de Civelli que Ardente sacó.

 

Esas dos aproximaciones del Taladro las sintió San Martín, que a los 15″ se adueñó de la pelota, empezó a jugar por abajo, los cuatro volantes (Carabajal, Gelabert, Fernández y Mosca) entraron en circuito y ganó en todos los sectores de la cancha.

 

Esa entrega, dominio y presión lo llevó a mostrar su mejor imagen y fue en dónde se sustentó lo que terminó siendo una victoria que necesitaba. Y por eso no fue sorpresa que en su segundo remate al arco anota el segundo gol con una bomba precisa de Carabajal para de 30 metros colocar la pelota por encima del arquero cuando apenas se jugaban 18″.

 

El partido era absoluta propiedad del Verdinegro que volvió a encontrarse con su juego y la entrega que lo había caracterizado antes de las derrotas ante San Lorenzo y Temperley. Dejó sin opción de creación a Banfield -sólo tuvo un remate de López que sacó Ardente- y además fue muy efectivo.

 

No obstante, todo cambió en el segundo tiempo. El dominador pasó a ser el equipo de Falcioni, que de entrada mostró que iba por todo y el gol a los 4″ de Bettini -capitalizó un centro pasado- lo ratificaron.

 

Entonces, el Verdinegro perdió la pelota y todo el complemento se jugó en campo del local. San Martín corrió desde atrás al rival y nunca remató al arco. Aguantó y cuando ingresó Pelaitay tuvo mayor marca y contención, pero nunca estuvo asegurado el triunfo porque no salió del agobio de un Banfield que careció de efectividad, que fue lo que si tuvo San Martín que se reencontró con la victoria.