No fue con el numero deseado, pero sí con una efusión bien fierrera que llamó la atención. Barreal, localidad ubicada a 40 kilómetros del departamento Calingasta, recibió por primera vez una etapa del Dakar. La expectativa por el debut de semejante acontecimiento no se tradujo en la cantidad de público que observó el tramo final del parcial debido a que solo 500 espectadores, según Gendarmería, estuvieron en las últimas aceleradas de las motos y los cuatriciclos que finalizaron ahí el tercer parcial de la prueba.

El calor fue uno de los factores que influyó para que la convocatoria no fuera la deseada. Muchos se dieron cita en el cerro para tener una mejor visión, pero el termómetro marcó por momentos 37 grados promediando las 16 horas y con una sensación térmica que osciló los 45 grados. Así y todo, los fierreros que se dieron cita no defraudaron y alentaron a los competidores que pasaron por el lugar y que devolvieron ese apoyo con alguna pirueta arriba de sus motos o cuatris.

Si bien estaba pautado que cerca de las 13 comenzaran a llegar las primeras motos, el piloto español, Joan Barrera, abrió la acción recién a las 13.40 cuando arribó con su Honda provocando el estallido del público que se levantó para aplaudirlo.

A las 15.42 llegó el momento más esperado por los sanjuaninos y se dio con el arribo de Alberto Ontiveros. El ‘Puchi‘ abrió paso en su Yamaha WR 450 y motivó para que el público sanjuanino se quedara alentándolo de pie. El único sanjuanino que queda en competencia en la categoría motos cumplió una excelente labor al registrarse como el segundo mejor argentino en estos vehículos.
Así, uno a uno fue arribando a Barreal, que se mostró al mundo entero con sus hermosos paisajes y sus verdes arboledas.

Ya con el paso de los últimos cuatri por el lugar, el publico fue retirándose de esa zona y muchos prefirieron acercarse al vivac ubicado en el destacamento de Gendarmería en el centro barrealino. Así, pasó el Dakar por suelo calingastino y marcó el debut de una disciplina que recorre el mundo entero. Y si bien el público en ese lugar no se mostró en gran número, la pasión fierrera estuvo presente.