Un enamorado del boxeo fue Eduardo Fernández.

 

Ayer, a los 54 años de edad, dejó de existir Angel Eduardo Fernández, entrenador -por más de tres décadas- en el club Mocoroa. Padre de Fito, quien fue púgil profesional y heredó su pasión por enseñar y de Ezequiel, actual campeón argentino superpluma.

Eduardo sufría, desde hace casi dos décadas de una dolencia renal que lo llevó a recibir la donación de un riñón de parte de su esposa Angela Beatriz Quiroga. Dicho órgano le fue transplantado en 2001. En 2004 sus inconvenientes arreciaron y desde entonces asistió cuatro veces por semana a diálisis. Con todos su problemas físicos a cuestas no dejó de ir al gimnasio.

Sus restos son velados en el club y serán sepultados hoy a las 11:30 en el cementerio El Palmar.