Hacer todo bien y dejar escapar el triunfo en el último cuarto de hora, cuando el 2-0 tenía sensación de ser irremontable no es fácil de digerir. Mostrar solvencia y firmeza durante 60 minutos para cosechar 3 puntos de visitante en un difícil reducto como es la cancha de Unión para enterrar el mal recuerdo de la derrota en la fecha pasada ante Platense y terminar cayendo preso de inseguridades no es simple de superar.

El primer empate desde que Craviotto está al mando del equipo dejó en el planeta verdinegro una bronca semejante a las 4 derrotas anteriores en el torneo. Porque el triunfo que se le escapó repercutió también en la tabla de posiciones. San Martín sigue estando en la mitad de la tabla y ahora a 7 unidades de la última plaza de promoción por ascender.

San Martín estaba jugando el partido perfecto. Una actuación de visitante sin fisuras. Ni siquiera la rápida salida por lesión de Darío Husaín había perjudicado las ambiciones ofensivas. Manejo de la pelota, control del mediocampo, firmeza defensiva y contundencia en ataque se conjugaban para demostrar que el equipo había dejado atrás la dolorosa derrota ante Platense y que el equipo volvía a recobrar fuerza y confianza. Porque no era un triunfo apañado por la buena suerte como ante Talleres en Córdoba. Iban 30 minutos del segundo tiempo y la victoria ya estaba servida en la mesa.

Pero hubo un imprevisto y el equipo de Craviotto se aturdió. César Pereyra hizo la jugada de su vida, en un slalom que empezó en mitad de cancha, por izquierda, y en el área envió el centro que pudo conectar el centrodelantero Guerra. San Martín vio que la abismal diferencia futbolística que había hasta ese instante se había reducido a apenas un gol de diferencia y de repente quedaban 14 eternos minutos para llegar al final. Y no pudo. El técnico apeló al cambio que todavía disponía y decidió reforzar el mediocampo. Ingresó Seri por Ceballos, pero los nervios ya estaban instalados en el Verdinegro y la pelota ya no era una buena amiga a la que se la trataba muy bien como fue antes. Seri perdió una pelota en el medio y Unión tiró un nuevo centro frontal. En otra falla defensiva, por una pelota dividida que no pudo despejar bien Leo Sánchez, cuando al partido le quedaban 4 minutos para llegar a los 90 reglamentarios, el local llegó a la igualdad a través de Márquez. Y Unión casi lo gana en tiempo adicional con una media vuelta de Márquez en el área que sólo le faltó precisión.

Así fue que se terminó desperdiciando una actuación muy sólida. Que había llegado merecidamente al gol al final del primer tiempo luego de un centro de Damiani que no pudo despejar bien la defensa y Torresi sacó un disparo de afuera del área inatajable.

Unión estaba sin ideas y a los 11 del complemento, una gran asistencia de Torresi para que Cuevas se escapara por derecha, enviara el centro que devolvió el Pelado Díaz, y el Chivato sólo tuvo que empujarla. Después San Martín quiso bajar la persiana, pero se le trabó en el final.