Era el sueño. El objetivo estaba fijado desde que comenzó el Campeonato. Y anoche San Martín lo abrochó. Es más, se había fijado 25 puntos y embolsó uno más en este Apertura que terminó. Claro, tuvo que ganarle a San Lorenzo, que también llegaba herido y preocupado por el promedio. Y lo hizo bien. Por 1-0. Para qué más. Si hasta se tomó con un dejo de risa ese zurdazo de Saavedra que partió de la mitad de cancha, en el último segundo del descuento, y, sin arquero, salió desviado ante el asombro de todos. Pero el Pueblo Viejo explotó en ese mismo momento. Porque el árbitro Beligoy tomó la pelota y marcó el final. Y ahí llegó el festejo. El delirio. Porque el triunfo, por fin, estaba consumado.

Es que fue un partido raro. Porque San Martín hizo el gol cuando apenas se jugaban dos minutos. Lo había tenido en el primer minuto, pero el cabezazo de Landa lo sacó el arquero Champagne de la misma línea. Y tras cartón llegó la explosión. Tras un tiro libre ejecutado desde la derecha por Bogado, encontró a Penco, en jugada preparada, solo. Y el Motoneta le dio con el alma y la mandó al fondo.

La presión le dio frutos al Verdinegro. Y San Lorenzo, atontado, no pudo equilibrar porque siguió siendo mordido en todos los sectores. Recién a los 17’, vía Gigliotti, tuvo un tiro que salió desviado.

Pero San Martín, dominante, llegó con otro cabezazo de Landa que un defensor sacó de milagro, pegado al palo. El juego, a los ojos ciertamente equilibrado, lo dominaba estratégicamente el local. Núñez era incontenible por derecha. Bogado hacía todo bien. Los medios centrales -Cantero y Galarza- se bancaban lo que pasaba cerca. Poggi era un conductor criterioso. Y, la defensa, estaba atenta. Promediando el primer tiempo y hasta el final, la tranquilidad con la que jugaba el Verdinegro le hizo perder potencia en los últimos metros. En el complemento, San Lorenzo entró renovado. Tomó la pelota y empezó a preocupar a Pocrnjic. Pero San Martín también tuvo sus chances. Como la de Poggi, que se demoró y tiró desviado. Con los minutos, Botinelli empezó a hacerse patrón en el fondo. No sólo quitándole movilidad a Penco sino llegando a todos los cierres. Y se repartieron chances. Gigliotti tuvo una pero la desvió. Benítez metió un bombazo que dio apenas en el travesaño. Por el local, García (que había reemplazado a Núñez) metió un centro atrás y Alvarez no le pudo dar. Y después el propio García metió un cabezazo goleador pero se lo sacó Champagne. Y llegaron los últimos minutos en los que fue todo nervio. San Martín -sin Poggi ni Bogado- no pudo tener la pelota. San Lorenzo, herido, se hizo peligroso con los centros. Si hasta subió el arquero. Y fue cuando se le dio a Saavedra y desaprovechó esa con el arco vacío. Pero ya nada importaba. Se dio la victoria y punto. Para qué más.