Huracán venció anoche a San Lorenzo por 3-1, en un clásico de barrio que volvió a jugarse en Mar del Plata, después de 42 años. El derby, de un desarrollo más que atractivo, contó con un fuerte operativo de seguridad por los antecedentes de violencia entre ambas hinchadas.
En un partido raro, en el que San Lorenzo fue superior en el primer tiempo y en el que se fue en desventaja por el golazo de tiro libre de Montenegro, a los 44 minutos.
El equipo dirigido por Pablo Guede, con un 4-1-4-1, tuvo una mayor tenencia de la pelota, fue más profundo en ataque y además contó con las chances de gol más claras. Pero no las plasmó en el marcador.
Huracán, con un 4-2-3-1, aprovechó muy bien su momento en el final de la primera etapa y en el comienzo de la segunda liquidó el clásico con una preciosa definición de Ábila, a los 7m. Y casi de inmediato hubo un gol en contra de Caruzzo, a los 11m., que ensanchó la diferencia.
Antes y después, San Lorenzo, chocó con la enorme figura de Marcos Díaz, el arquero quemero, pero también con su falta de puntería, más allá del descuento de Quignon, a los 32 minutos.
Pero lo más preocupante para el DT Guede fue la enorme cantidad de errores en defensa, algo que fue determinante para la victoria de Huracán. Seguramente tendrá revancha en otro de los partidos que se juegan en Mar del Plata.