En la previa de la Vuelta, los tres equipos más fuertes (Pocito, Virgen de Fátima y Forjar) habían manifestado su preocupación por las fallas en los controles de los comisarios. Y en especial por los casos de ciclistas que quedaban rezagados y luego eran remolcados mecánicamente sin ser sancionados, algo que se hizo frecuente en las carreras previas y que podía ser clave en El Colorado. Sin embargo, la función de los comisarios fue positiva y no les tembló el pulso para expulsar nada menos que a una treintena de corredores detectados en infracción. ""Fuimos implacables. En la reunión previa nos pidieron que ciclista que viniera remolcado fuera bajado. Y así lo hicimos. En El Colorado, por ejemplo, llegaron los que tenían que llegar sin ninguna ayuda. Fue una etapa limpia”, dijo Jorge Quiroga, el comisario general de la prueba. ""El trabajo de mis compañeros (Salas, Gobatto, Virhuez, Castro y Ramos) fue excelente. Seguramente tuvimos errores, pero fueron los menos. Bajamos a casi 30 ciclistas y aplicamos varias multas a los auxilios, por adelantarse o abastecer fuera de zona. Lástima el accidente (de los dirigentes Guzmán y Tello), que empañó la Vuelta”, apuntó Quiroga.
El control, aprobado
La función de los comisarios fue positiva y no les tembló el pulso para expulsar nada menos que a una treintena de corredores detectados en infracción.

