San Martín ganó un solo partido en nueve juegos desde que comenzó la segunda rueda y el colchón de puntos desapareció.
El Verdinegro pasó durante el juego de anoche de ser prolijo a desdibujado, de tener la pelota a perderla con total facilidad, de explotar los laterales a perderlos. Signos que no se encuentra el camino correcto y que reacomodarse es lo más urgente.
1 Demasiado orden
El arranque del juego fue interesante, con buen toque de pelota en San Martín, sobre todo con el orden como bandera. Aunque fueron más intentos que creación por lo que no hubo concreción. Es que hasta tres cuartos de cancha tuvo la pelota y tocó por abajo, después con marca pegajosa por parte de Olimpo perdió intensidad en los metros finales y la falta de profundidad fue notable. Recién a los 20′ tuvo al primera llegada, mucho tuvo que ver que la visita cortó siempre con falta, sumado a que quedó muy claro que tener la pelota no significa ser peligroso.
2 Gol y retraso
Cuando a los 36′ Cuevas metió el gol de San Martín pareció que era el momento. Pero Olimpo creció, no se quedó de brazos cruzados y apostó a los centros al área como única forma de contrarrestar. Y ya en el inicio del complemento el bahiense se adelantó, presionó las salidas del Verdinegro y apostó con tres puntas. Ganó el medio campo y fue llevando a San Martín contra su arco y no sorprendió que Zalazar empatara a los 21′, cuando ya estaba en cancha Leandro Becerra para darle el juego que el conjunto de Hrabina ya había perdido, aunque el orden inicial lo seguía manteniendo.
3 Desesperación
El empate fue una bomba, los nervios y la desesperación por volver a estar arriba en el marcador fueron una cruz que no supo soportar el Verdinegro. El mediocampo se perdió. Nunca se remató al arco y las urgencias y limitaciones empezaron a florecer. El orden inicial se transformó en un equipo desdibujado a medida que pasaban los minutos. Olimpo ya era el dueño de la pelota y las opciones cambiaron de dueño. Encima Torresi se perdió el penal con un disparo tan displicente que hubiese significado el triunfo en un partido que el mismo San Martín lo hizo cuesta arriba por las limitaciones y falta de coordinación. Incluso Pocrnjic lo salvó con una doble tapada en lo que pudo terminar en una noche negra, pero que fue demasiado gris y con signos de alerta encendidos por no tener respuestas cuando a un equipo con aspiraciones no le pueden faltar.