Rattín junto al sacerdote, el bebé y los padres del nene, en el momento del bautismo en la Catedral.

El amor por un equipo de fútbol no entiende de razón. Va mucho más allá de lo imaginable, de lo que se puede explicar con palabras. Es una pasión que nace desde el alma y que sólo entienden los que la sienten. Para el resto es totalmente incomprensible. Esa ‘locura’ lleva casi de inmediato a la identificación con un ídolo. Ese jugador que más alegrías dio, el de los goles importantes, el de los títulos, el que lleva la camiseta con orgullo, el que la transpira.  

Para muestra, un botón. En los 90’, los hinchas de River tenían una frase que no se cansaban de repetir. “Si es nene, ponele Enzo”, en honor a Francescoli. Por esto, para inmortalizar al crack, el nombre comenzó a proliferarse entre los recién nacidos.  Fue así también como llegaron los Diego Armando, los Román, y mucho más acá en el tiempo, los Lionel.

Sin embargo, y pese a lo que puede creerse, no se trata de una moda. En 1969, Boca llegaba a San Juan para enfrentar a Sportivo Desamparados que en ese entonces disputaba el Nacional. La figura del equipo era nada menos que Antonio Ubaldo Rattín quien, después de trece años en el Xeneize, ya estaba cerca del retiro. Lejos, muy lejos de lo que sucede en la actualidad, ‘El Rata’, como lo apodan, hizo toda su carrera en el club de sus amores. Nunca pasó por su cabeza la idea de cambiar los colores.

Rattín, ídolo de Boca, en la portada de El Gráfico.

Lesionado, no venía a jugar. Sólo a acompañar a un plantel con el que se sentía muy identificado. A eso y algo más. Días antes, un sanjuanino se había atrevido a realizar un pedido más que especial. Bostero hasta la médula, Edgar Rolando Tejada había sido papá hace pocos días. Por eso, tomó coraje y lo hizo. Escribió una carta a la revista “Soy de Boca” contando su deseo más profundo: que Rattín se convirtiera en padrino de su hijo al que, como no podía ser de otra forma, había llamado Ubaldo.

El aguerrido volante la leyó y no dudó en aceptar. “Me gustan estas cosas, tengo como cinco ahijados.  Para mí es una satisfacción, un regalo de la gente y más del hincha de Boca. .Y hasta aquí tengo suerte, no me tocó ningún compadre manguero”, dijo en una entrevista a DIARIO DE CUYO. “El padre escribió a la revista y como no me cuesta nada darle el gusto, aquí estoy”, agregó.

La ceremonia se concretó el sábado 27 de septiembre, en la cripta de la Catedral. Hubo emoción y el bautismo quedó retratado para la eternidad en varias fotografías.

El partido entre puyutanos y xeneizes jugado en el Estadio del Parque de Mayo  terminó 1 a 1, pero para los Tejada lo importante pasó por otro lado.

Contra Inglaterra, el momento más recordado

En el Mundial de 1966, Rattín fue capital de la Selección Argentina. Con la 10 en la espalda y en un partido frente a Alemania, se fue expulsado. Su salida del campo de juego fue más que polémica.

Lo primero que hizo fue sentarse en la alfombra roja de la reina. Efectivos policiales se acercaron a él y le dijeron que no podía permanecer allí. Por eso se paró y enfiló hacia el vestuario, mientras desde las tribunas le llovían los insultos y hasta algunos objetos por parte de los hinchas ingleses.

Redoblando la apuesta y desafiante como pocos, el ‘Rata’ estrujó con una de sus manos la bandera inglesa que flameaba en uno de los banderines del córner, ganándose el odio de todo el estadio.

 

Actualmente, el exfutbolista tiene 82 años. Desde 2015, en La Bombonera hay una estatua suya junto a las de Maradona, Riquelme, Palermo y Bianchi, entre otros.